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Un nueva mirada al neoliberalismo

¿Cómo surge el neoliberalismo? ¿Quiénes fueron sus promotores? ¿Cuáles eran sus objetivos? ¿Cómo consiguieron que los Estados no pusiesen límites a los mercados? El historiador canadiense Quinn Slobodian responde a todas estas preguntas en el libro Globalists: The End of Empire and the Birth of Neoliberalism (Harvard University Press, 2018). Resumo-tuneo-opino sobre una entrevista leída al autor en este enlace.

El origen y el para qué

Slobodian explica cómo un grupo de personas, a los que denomina “globalistas”, traumatizados tras la primera guerra mundial por la desaparición del Imperio austrohúngaro, se ponen a trabajar para que las instituciones de las nuevas democracias no tengan a su alcance la posibilidad de poner en cuestión el capitalismo. Por tanto, el origen del movimiento intelectual del neoliberalismo es el comienzo del fin de la era de los imperios europeos.

En el Imperio Austrohúngaro la descentralización de los diferentes territorios permitía una cierta autonomía de la administración local. Por ejemplo, en la educación la Constitución autorizaba la enseñanza en una lengua específica cuando la hablaba una masa crítica. Sin embargo, en los intercambios económicos y comerciales las reglas eran intangibles, lo que hacía del Imperio Austrohúngaro un espacio sin fronteras económicas que garantizaba la libre circulación de personas, mercancías, y capitales. Para Hayek y Mises este era el modelo ideal de organización del mundo, donde los derechos de propiedad y movimiento de capital fueran absolutos con alguna libertad en el gobierno político local y la cultura.

Por tanto, Hayek y Mises, súbditos del Imperio austrohúngaro, se enfrentan a nuevas condiciones políticas, como la generalización del sufragio universal, el fin del modelo imperial como la forma estándar de organizar el mundo y, por lo tanto, el de los Estados-nación como forma de organización política. El neoliberalismo surge en el contexto de una serie de desafíos al sistema de gestión global del capitalismo que había existido hasta ese momento. Desde su origen el neoliberalismo responde a la pregunta de cómo proteger el capitalismo de la democracia y de la fragmentación.

Los neoliberales persiguen la idea de un doble gobierno que separe la política de la economía. En este elemento juega un papel el jurista Carl Schmitt. Para Schmitt, el siglo XIX supuso la aparición de dos mundos que estaban en permanente tensión. Por un lado, el imperium, que es el mundo de la soberanía de los Estados por cuyo conducto ejerce el poder sobre la población. Por otro, el dominium, que es el mundo de la propiedad. Según Schmitt, el sueño de los liberales es que la propiedad debiera ser absoluta (dominium), incluso eclipsando la soberanía (imperium). Pero para Schmitt, esta visión del mundo es inaceptable porque el hecho de que el mundo del dominium tenga un poder de veto sobre el mundo del imperium desacredita a la democracia y la soberanía. Cuando el economista liberal alemán Wilhelm Röpke lee a Schmitt lo halla fascinante y señala que, al contrario de Schmitt, ese es el mundo al que aspiran. Para los neoliberales el mundo de la economía se tiene que imponer siempre al mundo de la política. Esta es la diferencia entre los neoliberales y los liberales o keynesianos, que tienden más hacia el mundo de la política.

En definitiva, si algo define el pensamiento neoliberal es su capacidad para desarrollar estrategias cuando el capitalismo se siente amenazado.

Las herramientas

Quien piense que los neoliberales no creen en un Estado fuerte nunca ha leído a los neoliberales, porque toda su filosofía política consiste en cómo rediseñar el Estado para proteger al capitalismo. El caso más obvio es el ordoliberalismo alemán que desde la década de 1930 reivindica un Estado fuerte con economía de mercado. Para los neoliberales la cuestión no es si debe haber más o menos Estado sino qué tipo de Estado (el Estado debe ejercer el poder de manera intensiva y no extensiva).

Desde finales del siglo XIX el trabajo del economista activista consistía en intentar salvar las diferencias entre las demandas de la clase trabajadora y las del capital: cómo satisfacer a la clase trabajadora para que no cayese en la tentación del comunismo. Economistas como Hayek y Mises trabajaban para la Cámara de Comercio Internacional al servicio de los intereses de la patronal. Es un nuevo modelo de economista activista que no se identifica con el objetivo de crear una cierta paz entre el capital y el trabajo como hicieron sus predecesores en el siglo XIX.

Pero su gran instrumento será el derecho como herramienta indispensable para impedir a gobiernos y parlamentos democráticamente elegidos cualquier atisbo de cambio que pueda afectar al capitalismo. El sistema normativo neoliberal establece límites, hasta dónde puede ir una democracia, y les es absolutamente indiferente lo que diga el Parlamento. En el momento en que una democracia toma conciencia que tanto los mercados como la propiedad pueden ser contraproducentes, la tolerancia de los neoliberales por la democracia se desvanece. Rápidamente intentarán normativizar a nivel constitucional las prácticas y los límites de la democracia. Y lo hacen de tal manera que favorecen a los ricos frente a los pobres y reproducen un sistema basado en la competencia en lugar de la equidad económica y social.

Además del derecho, también abogan por la creación de instituciones supranacionales que vinculen legalmente a que los Estados no puedan desviarse de las reglas preestablecidas y que dispongan de mecanismos legales que les permita forzar a los Estados a rectificar. Es decir, buscan la construcción de un orden institucional global para proteger el capitalismo. Un ejemplo de este tipo de instituciones es las propiciadas en la Unión Europea por el Tratado de Maastricht (1992). Para la economista Victoria Curzon-Price, hasta la fecha la única mujer que ha ocupado la presidencia de la sociedad Mont Pelerin, nos encontramos ante una integración que permite de forma agresiva, utilizando la Corte de Justicia de la Unión Europea y las leyes de la competencia, desembarazarse de cualquier atisbo de participación estatal en el sector privado.

Poscapitalismo, fragmentación y soberanías

La alternativa al neoliberalismo debe desproteger, poner a la intemperie al capitalismo respecto de la democracia y de la fragmentación. El historiador canadiense demuestra cuán frágil es la relación que une la democracia y el capitalismo, y cómo los neoliberales toleran la democracia siempre y cuando esta se atenga a las reglas del juego que ellos previamente han dictado.

El objetivo de cualquier poscapitalismo debe ser avanzar en la fragmentación y la democracia. De eso se trata cuando hablamos de «soberanías» desde abajo, desde lo real-material, desde las personas-trabajo, desde las comunidades-territorios, desde los ámbitos socioeconómicos estratégicos (alimentación, energía, finanzas, tecnologías, etc.).

Fragmentar el Poder, el Estado, el Capital, para avanzar en la democracia, en el poder del pueblo. Romper la soberanía del capital para construir la de las personas. Eso sí, uniendo soberanía, autonomía y cooperación. Conceptos complementarios en una democracia real y en un sistema social y económico que ponga a las personas en el centro.

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Okupas, antagonismo y economía transformadora

Andalucía apenas se distingue de Argentina en lo tocante a economía y empleo.

Nuestra crisis de 2008 fue la suya en 2000. Caciques, latifundios, injusticia, desempleo, son elementos protagonistas de nuestras realidades socioeconómicas.

Leo en un artículo de Pía Rius («De lo político como nacimiento y modos de vida plurales en espacios asociativos») como el auge de la economía social argentina en la primera década del siglo XXI se articuló en «diferentes procesos: por un lado, el desarrollo de iniciativas de autogestión, impulsadas en el marco de movilizaciones sociales en torno a la demanda de trabajo, ya por la formación de cooperativas a partir de la recuperación de fábricas, así como por experiencias asociativas desarrolladas por las organizaciones de trabajadores desocupados; por otro lado, la implementación a partir de 2003 de una serie de medidas políticas apoyadas en la lógica de la economía social y el desarrollo local, que ha permitido el desarrollo del autoempleo y del trabajo asociativo para las poblaciones consideradas ‘vulnerables'».

En este contexto, la autora realiza una reflexión sobre la experiencia de lo político en la población que vive la crisis de 2001 y «hace de la autogestión un modo de vida alternativo. (…) Lo político se ve anclado en lo cotidiano impregnando la organización colectiva, el trabajo, la alimentación o las pro­ducciones y consumos culturales.»

El estudio se concreta en un Centro Social y Cultural situado en la ciudad de La Plata. Este Centro Social y Cultural «bajo el esquema formal de una cooperativa con finalidades múltiples, alberga en esa etapa más de una docena de proyectos sociales y productivos que, a su vez, se vinculan entre sí y con otros espacios territoriales.» En el centro social «se ponen en eviden­cia los efectos de compartir un lugar de encuentro, de eventos culturales, de trabajo y militante, en la búsqueda de una puesta en común políticamente informada, en particular por la reivindicación de la autogestión.»

En Andalucía han nacido en las últimas tres décadas diversos tipos de centros sociales autogestionados. Un ejemplo de los más longevos es el Centro Social Julio Vélez, de Morón de la Frontera, que inició su andadura en 1992, como consecuencia de la Okupación de un edificio del Ministerio de Trabajo ubicado en suelo municipal. Desde entonces, este espacio ha sido una herramienta para la cultura crítica, los movimientos sociales y las organizaciones sindicales y ecologistas. No han sido pocos las okupaciones y centros sociales de este tipo que se han desarrollado en Andalucía, en especial en las ciudades de mayor población.

Los centros sociales andaluces con perspectivas autogestionarias podrían convertirse en espacios sociales donde se crucen y coexistan figuras y actividades que, como ocurre en el caso argentino, «desafían las distinciones ordinarias de lo que acontece en tanto compromiso político, de trabajo como actividad para ganarse la vida, la obra artística o cubrir las ne­cesidades materiales.»

De este modo, estos centros y okupaciones podrían ser espacios para las Economías transformadoras. Olvidar la vieja idea de que la economía es cosa de capitalistas y asumir que la economía o la hacemos o nos la hacen. Es posible hacer otra economía donde el lucro se subordina a la vida; el autoritarismo a la democracia; el trabajo asalariado al trabajo emancipado. Cuestiones básicas para continuar con el objetivo esencial de lo que entendíamos como centros sociales y/u «okupas»: crear antagonismo desde abajo, desde los pueblos y ciudades.

 

 

Artículo citado: «De lo político como nacimiento y modos de vida plurales en espacios asociativos». REVISTA TEMAS SOCIOLÓGICOS Nº 23 ∙ 2018 ∙ ISSN 0719-6458 ∙ pp. 147 – 186

Autoría: Pía Rius. Doctora en sociología, Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales (EHESS), París. Universidad de la Patagonia, Argentina. Contacto: piavrius@yahoo.com.ar

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Esparragueras (económicas)

15 Medidas de Economía Social y Solidaria para los municipios

Traducción de las medidas propuestas por la Red de Economía Solidaria de Cataluña con vistas en las elecciones municipales de mayo de 2019.

Tres ejes principales:

– Democracia económica local.

– Transición cooperativa, ecológica y feminista de los municipios.

– Relocalización. Soberanías. Bines comunes urbanos, rurales y digitales.

Una economía para la transformación social desde el ámbito local

Las iniciativas que conforman la Red de Economía Solidaria de Cataluña impulsamos, en cada vez más municipios catalanes, otro modo de hacer que conjuga actividad económica, arraigo local y transformación social, a partir de una economía centrada en la sostenibilidad de la vida y la resolución equitativa de las necesidades humanas. Una economía socialmente justa, políticamente emancipadora, comprometida con la lucha contra las desigualdades por razón de clase, género, origen u opción sexual. Una economía arraigada al territorio, que fomenta la diversidad económica y cultural, respetuosa con el medio ambiente. Una economía social i solidaria.

En todo el país, miles de iniciativas socioeconómicas autoorganizadas desarrollan democráticamente procesos de producción, intercambio, gestión, distribución del excedente, moneda, consumo o financiación de bienes y servicios. Satisfaciendo las necesidades colectivas a través de relaciones de solidaridad y autogestión, estas iniciativas de la Economía Social y Solidaria practican la transformación igualitaria de la economía y la sociedad, defienden los bienes comunes ambientales, culturales y digitales, y contribuyen a la buena vida y a la emancipación colectiva. Consolidar y extender las iniciativas de la ESS es capital para la transformación del conjunto de las relaciones económicas, para democratizar globalmente la economía, para cooperativizar la sociedad y avanzar hacia modelos socioeconómicos postcapitalistas.

Con estos objetivos, y, habiendo hecho balance de la aplicación de las 14 medidas que propusimos el 2015, de cara a les elecciones municipales del 26 de mayo de 2019 hacemos la propuesta de 15 Medidas de Economía Social y Solidaria para los municipios, para que les candidaturas y las administraciones locales acompañen este proceso de autoorganización económica de las comunidades locales y co-impulsen un nuevo fortalecimiento socioeconómico territorial, basado en la democratización económica y la transición cooperativa, ecológica y feminista de los municipios.

15 Medidas para impulsar la economía social y solidaria a nivel local

1. El impulso de una nueva matriz económica necesita de las energías de todos los agentes socioeconómicos del cambio

Proponemos la creación de Consejos Locales de Economía Social y Solidaria, o de grupos de trabajo en municipios pequeños, integrados el conjunto de las iniciativas de ESS local y sectorial, por las entidades vecinales, ecologistas, culturales, educativas, feministas y de personas migrantes que lo requieran, y con la presencia de las áreas pertinentes de la administración local. Este órgano será responsable de promover políticas económicas, sociales, ambientales y culturales a nivel local desde el paradigma de la concertación público-cooperativa-comunitaria, orientadas hacia la transición democrática, ecológica y feminista de la economía. Se encargará de:

  1. Realizar y actualizar el diagnóstico de la ESS a nivel local.
  2. Diseñar el Plan Director de la ESS, de carácter integral y de ámbito municipal, con dotación presupuestaria, mecanismos de evaluación e indicadores cuantitativoso y cualitativos.
  3. Elaborar una memoria anual.
  4. Crear un servicio comunitario de mediación para los conflictos que puedan surgir, de formación mixta, con agentes públicos-cooperativos-comunitarios.

2. Por la transformación socioeconómica local, se necesitan herramientas que la hagan posible

Proponemos a todos los municipios donde sea posible la creación de Agencias de desarrollo socioeconómico local, o la transformación de los organismos existentes de promoción económica, orientándolos a la promoción específica de la ESS así como su transversalización al conjunto  de políticas municipales. Estos organismos deberán implementar el Plan Director y los programas, promover la participación social, abrir un registro de iniciativas socioeconómicas locales y coordinarse con las otras agencias de ámbito local o comarcal, así como los Ateneos Cooperativos de cada territorio. Desde la administración municipal es velará especialmente por revertir las desigualdades socioeconómicas del municipio, dando ayuda económica, técnica y  formativa a colectivos específicos – mujeres, personas migrantes y racionalizadas, trabajadores manuales, desempleadas y mayores de 45 años – para que puedan incorporarse a proyectos de ESS en condiciones de equidad.

3. Espacios para la promoción económica de proximidad

La agencia, en la medida que le sea posible, deberá habilitar un equipamiento público donde establecer la sede, ofrecer la atención al público, desarrollar programas formativos propios o de entidades locales y acondicionar espacios como viveros de   proyectos cooperativos. Estos centros de promoción socioeconómica local podrán tener, en función de los municipios, carácter de barrio, distrito, local o comarcal. También deben facilitar infraestructura, ayuda y asesoramiento para promover la gestión colectiva de los cuidados de las persones interdependientes, generando espacios de cuidados que sean compatibles con las necesidades y ritmos de las persones que participan, en todos los municipios que sea posible. Igualmente, los espacios de promoción económica de proximidad podrá estar ser fomentados por mancomunidades intermunicipales y Consejos Comarcales.

4. Gestión cooperativa i/o comunal del patrimonio colectivo

La apertura del patrimonio público y de los bienes comunes urbanos y rurales a las iniciativas de la ESS puede concretarse a partir de su cesión, para los usos y gestión de la ESS local, de edificios, locales comerciales, polígonos, granges, masías, terrenos y suelo urbano. En este sentido, se deberá inventariar los bienes inmuebles públicos y privados en desuso de los municipios, y establecer convenios – como financiación asociada- para relocalizar iniciativas de ESS, tanto para que puedan desplegar su propia actividad, como para que impulsen programas mancomunados de apoyo a la creación y fortalecimiento de nuevos proyectos cooperativos y comunitarios, habilitándose para usos productivos (talleres, espacios de incubación, almacenes, obradores, hacklabs, fablabs, espacios-test agrarios) y reproductivos (espacios de cuidados). Asimismo, se impulsará la recuperación, restauración y mantenimiento del antiguo patrimonio cooperativo y asociativo local para la titularidad pública y su cesión a iniciativas de la ESS.

5. Para garantizar el cambio socioeconómico, hay que trabajar el cambio cultural y educativo a largo plazo

Desde los municipios hay que impulsar programas propios y dar ayuda a programas de iniciativas de la economía solidaria que desarrollen las capacidades formativas de las personas, tanto en el sistema educativo como en otros. En relación a los centros de enseñanza, se fomentará la creación de cooperativas de alumnos en todo tipo de centros, en aquellos municipios en los que se tiene competencia, así como se dará ayuda a la introducción de la ESS en la formación profesional. Los programes formativos deberán tener una línea de capacitación técnica y administrativa (gestión económica, financiera, comercial, laboral), una capacitación societaria (gobernanza democrática, resolución de conflictos, etc.) y una educación en valores y prácticas cooperativas (acercamiento de iniciativas de la ESS, valores y cultura, educación ambiental, igualdad de género, antirracismo, conocimiento de la memoria cooperativa y asociativa local y general). La sensibilización y la formación en estos ámbitos y características será extensiva también al personal técnico y político municipal.

6. Asesoría, formación y acompañamiento de nuevas iniciativas socioeconómicas

Además de los programas dirigidos al público general, hay que impulsar programas específicos de asesoría, formación y acompañamiento de nuevas iniciativas socioeconómicas, así como la consolidación de las existentes, especialmente de aquellas que generan empleo, preservando y ampliando los bienes comunes, contribuyeb a la equidad de género y los derechos de las personas migrantes. Además de los servicios de conultoría e incubación, hay que facilitar el acceso a financiación a partir de del sistema de finanzas éticas. Desde una perspectiva de género, hay que establecer procedimientos para la corresponsabilidad, la gestión de conflictos y los cuidados.  En relación a las personas migrantes, será necesaria la colaboración entre entes públicos como el Servicio de empleo y otros que atienden a la población migrante, para que permitan potenciar la fórmula cooperativa como a opción viable en procesos de regularización, generación de empleo y de actividad económica para estos colectivos. Se debe prever, además, el trebajo específico con gestores locales para capacitarles e incentivarles a recomendar el modelo cooperativo para nuevos proyectos colectivos de carácter socioempresarial. Hay que reorinentar los servicios de empleo municipales para generar ciruitos de empleabilidad dentro de la ESS, analizando cadenas de valor de los sectores económicos del municipio y acompañarlos en la creació de empresas de ESS, donde dar salida a las necesidades de trabajo de personas en situación de feina de persones en situació de desempleo o exclusión social que atienden desde los servicios sociales. Finalmente, hay que incentivar la convergencia de las pymes y autónomos que operen con criterios de proximidad y responsabilidad social hacia los principios de la ESS, para que el tejido económico de proximidad se convierta en sujeto de cambio y sea parte de la matriz local de ESS. El balance social es útil para esta sensibilización.

7. Facilitar el acceso a financiación mediante un sistema integral de finanzas éticas y promover una relocalización del crédito

Hay que facilitar las condiciones para que los proyectos de ESS puedan acceder a financiación a través de entidades de finanzas éticas y/o cooperativas. En este sentido, siguiedo el ejemplo de algunos municipios catalanes, los ayuntamientos pueden firmar y desarrollar convenios de colaboración para la constitución de fondos de avales para compartir riesgos con las entidades financieras. Ahora se pueden promover programas que incentiven la capitalización de cooperativas para reforzar las estructuras financieras de estas entidades, para poder acceder a la financiación desde posiciones más fuertes. Por otro lado, la administración puede promover una fiscalidad favorable para aquellos proyectos con un impacto social positivo, impulsando incentivos y beneficios fiscales. También pueden impulsar procesos de matchfunding (“crowdfunding bajo el principio de corresponsabilidad”) con iniciativas de financiación colaborativa procomún, así como dar apoyo a iniciativas de finanzas comunitarias, como las comunidades autofinanciadas (CAF). Por un amejor relocazación del crédito, desde el tejido socical se puede promover la creación de Fondos locales colectivos de ahorro y crédito, a través de la implicación democrática de los ahorradores locales en la organización de las ayudas financieras, especialmente microcréditos. Estos fondos han de estar coordinados con las entidades del sisema de finanzas éticas y solidarias para puedan complmentarse la actividad, asumiendo una tarea de dinamización local para el desarrollo de ecosistemas más ricos de ESS.

8. Apoyo a la intercooperación, el mercado social local y el consumo responsable

Una nueva matriz socioeconómica local no es la suma acumulativa de iniciativas en un territorio concreto, sino el resultado de un proyecto estratégico de integración económica del conjunto de la ESS local. Hay que impulsar, pues, el Mercado Social Local y Ecológico, y fomentar la densidad de los intercambios y la intercooperación entre proyectos. ¿Cómo? Dando apoyo a ferias locales o comarcales de ESS y a mercados locales agroecológicos, incentivando la creación de polos cooperativos territoriales y la articulación de cadenas productivas solidarias (producción, distribución, consumo, etc.), reconectando y relocalizando a las redes locales de economía solidaria. En esta integración, se podrán enredar iniciativas formalizadas a nivel jurídico (cooperativas, asociaciones, mutualidades de previsión social, sociedades laborales, fundaciones), pero también otras formas de cooperación social sin formalización, en ámbitos como la agroecología, los huertos urbanos comunitarios, la microfinanciación, los fondos de crédito colectivo, los mercados y redes de intercambio de bienes y servicios, los bancos del tiempo, las monedas sociales, los equipamientos de gestión comunitaria y autogestionados, los bienes comunales naturales, culturales i digitales, los nodos de apoyo mutuo y cuidados, la economía popular y migrante, y las experiencias de vivienda, comunicación o transporte mancomunado, que comparten una vocación democrática, transformadora, ética y solidaria. Por otro lado, a nivel municipal se podrá impulsar o dar apoyo a campañas que promuevan el consumo responsable, ético y transformador, para aumentar el conocimiento de les alternativas de consumo impulsadas desde la ESS en el tejido social local (asociaciones vecinales, comercios locales, escuelas) y el público general.

9. La ESS debe poder abastecer al conjunto de las necesidades sociales, también las de las administraciones públicas

Desde los municipios se debe fomentar la compra y contratación pública socialmente responsable, priorizando criterios sociales, éticos y ambientales en la contratación y compra de bienes y servicios por parte de los Ayuntamientos. A partir de la incorporación de cláusulas sociales que reconozcan las condiciones de trabajo dignas, la igualdad salarial, la inserción sociolaboral, la sostenibilidad ambiental, la financiación ética, los circuitos de proximidad, la equidad de género, la interculturalidad y en definitiva los criterios de la economía social y solidaria ya aplicados con el balance social, como unos factores a tener en cuenta al mismo nivel, como mínimo, que los cuantitativos.

10. Recuperación de empresas y relevo empresarial

En la extensión de la ESS, es fundamental el apoyo municipal para la recuperación de empresas privadas en crisis por parte de las personas trabajadoras, por medio de empresas de economía solidaria como cooperativas de trabajo asociado, dotando un fondo para conseguir esta finalidad y participando de un proceso de acompañamiento conjunto con los sindicatos y las organizaciones representativas de la ESS. En un sentido similar, se han de potenciar programas de relevo empresarial, que garanticen la actividad económica, con fórmulas cooperativas, de aquellas empresas que han de cerrar por la jubilación y/o el abandono de los propietarios.

11. Municipalizaciones y cooperativizaciones de servicios públicos

Hay que impulsar la municipalización de los servicios públicos, y hacerlo a través de la lógica de la concertación público-cooperativa-comunitaria, para garantizar la universalidad del acceso y la participación y decisión conjunta entre la administración municipal, los trebajadores y las usuarias, así como con las iniciativas de la ESS. En aquellos municipios donde no se desarrollan programas de municipalización, o de forma complementaria en otros, hay que impulsar la cooperativización en sectores como la gestión de residuos, la gestión forestal, las energías renovables, el agua, las tareas de cuidados, los equipamientos culturales, los servicios alimentarios en equipamientos municipales, la rehabilitación de vivienda, la obra pública, la gestión del patrimonio físico, natural e inmaterial, el turismo comunitario o la economía circular.

12. Soberanía alimentaria, energética, residencial

Para que las personas puedan vivir bien, hay que apoyar la Carta por a una soberanía alimentaria desde nuestros municipios, para impulsar la transición de un modelo de agricultura capitalista y alimentación globalizada por la soberanía alimentaria, desde la revalorización de los criterios sociales, ambientales y de proximidad. Asimismo, hay que asumir la propuesta energética municipalista de la Red por la Soberanía Energética, con el objetivo de que la población del municipio tenga garantizado el derecho a la energía, se abandonen las energías fósiles en favor de les energías renovables, se promueva la producción y el consumo público, cooperativo y comunitario de energía renovable y se consigan municipios energéticamente sostenibles. Finalmente, para hacer frente a uno de los principales sociales de la sociedad- el acceso a una vivienda digna y asequible–es necesario que los municipios recuperen el máximo de suelo público posible y lo destine a vivienda de protección oficial, tanto de propiedad municipal y en régimen de alquiler, como fomentando la cesión de uso por cooperativas que potencian modelos colectivos de acceso y propiedad de la vivienda.

13. Para democratizar la sociedad del conocimiento, es necesario que los gobiernos municipales reconozcan el espacio público digital como un espacio de gestión comunitaria y se promueva el cooperativismo de plataforma

Hay que promover y garantizar el acceso a las nuevas tecnologías y a la red; promover los usos sociales, cooperativos y colaborativos de las TICs; hacer un uso exclusivo y didáctico de software y hardware abierto/libre en las administraciones municipales y todos los ámbitos públicos de su competencia; apoyar el establecimiento de infraestructuras tecnológicas de carácter abierto y de gestión comunitaria, descentralizada, libre y neutral; incentivar el conocimiento abierto  y usar licencias libres/abiertas; promover los valores y las prácticas cooperativas en o con TICs mediante programes específicos de capacitación, financiación e incubación. Hay que evitar los monopolios, abusos y precariedades asociadas a la hegemonía del capitalismo de plataforma, y dar apoyo a los digitales comunes, las iniciativas públicas de datos libres y el cooperativismo de plataforma.

14. Es necesario crear un relato sobre la transformación socioeconómica de los municipios

Para reforzar los cambios materiales, se necesitan relatos culturales e imaginarios propios. ¿Cómo? Facilitando el acceso de las iniciativas de la ESS a los medios de comunicación y web locales, visibilizando las iniciativas con mapeos y guías, recuperando la memoria cooperativa y popular local, fomentando la participación vecinal en los presupuestos municipales, aumentando la presencia en los nomenclators o listados de instituciones y personas vinculadas al cooperativismo, fomentando las investigaciones, congresos y encuentros de economía social y solidaria tanto a nivel local como internacional, promoviendo el intercambio de prácticas transformadoras, participando en la Red de Municipios por la Economía Social y Solidaria, apoyando la participación de las iniciativas locales en la Ferias de Economía Solidaria de ámbito supramunicipal.

15. Transformación feminista de la economía

Un cambio socioeconómico como al que aspiramos no puede dejar de lado la sostenibilidad de la vida y el bienestar de las personas. Se basará en los supuestos de las economías feministas, es decir, que la reproducción es economía y que valorizar el ámbito reproductivo, poniendo la vida y los cuidados en el centro de la economía, es esencial para construir alternativas al capitalismo. Para hacerlo es imprescindible reconocer, visibilizar y dignificar el trabajo de cuidados tanto remunerado como no remunerado y universalizar el acceso al cuidado. La administración local también debe centrar esfuerzos para sensibilizar y educar en economías feministas, desde la escuela y a lo largo de la vida, así como facilitar herramientas para garantizar la corresponsabilidad, apoyar a empresas y colectivos de la economía social y solidaria formadas por mujeres, y crear espacios y formaciones específicas para ellas. Desde la economía solidaria entendemos la economía feminista como un espacio de transformación de toda la estructura económica capitalista y por tanto de emancipación, no sólo de las mujeres sino de toda la sociedad.

 

 

 

 

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Flamenconomía

Flamenconomía. Nociones de economía y otros cantes 3/ “Las del Molinete, el trabajo de las mujeres y la Federici”

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En la tercera colaboración en El Paseo hemos hablado del trabajo de las mujeres en capitalismo. Para ello nos hemos ayudado del flamenco, claro, y de la maestra Silvia Federici.

El flamenco, con reflejo de la realidad social, muestra la situación de explotación y desigualdad de la mujer en el capitalismo.

La letra de inicio refleja el trabajo de la mujer como prostituta.

Letra: Las del Molinete. Carmen Linares

Del molinete/ muchachas del molinete/ preparar bien los moñeros/ que viene la Mendez-Nuñez/ con doscientos marineros

Antología de Carmen Linares.

La letra habla la situación de las mujeres de un barrio de Cartagena y de su actividad cuando llegaba un barco de la Armada española.

Más info: https://www.flamencasporderecho.com/josefa-moreno-la-antequerana/

Además de como «prestadora de servicios sexuales», el flamenco también refleja la situación deleznable de la mujer como principal responsable del trabajo doméstico (no valorado monetariamente).

La mujer que rompe el plato/ sin ser hora de comer/ por muy bonita que sea/no le sale mercader.

La actividad y el trabajo de la mujer se centró en la creación de la mercancía más valiosa del capitalismo: la mano de obra. Sin embargo comenzó a considerarse que esa actividad no tenía valor porque no tenía precio (salario). El patriarcado y el capitalismo como definición de necio es aquel que confunde valor con precio.

Detrás de esa necedad es una cuestión centro del sistema económico: La explotación de las mujeres tuvo una función central en el proceso de acumulación capitalista, en la medida en que han sido las productoras y reproductoras de la fuerza de trabajo, la mercancía capitalista más importante. Y eso le ha salido gratis al capital.

La situación de desigualdad entre mujeres y hombres en la sociedad capitalista es, en gran medida, el resultado de un sistema social de producción que no reconoce el trabajo como algo que sirve para mejorar la vida de la gente sino para ganar dinero.

Sin embargo, el trabajo de la mujer, aunque el sistema no lo remunere con dinero, genera riqueza, más que cualquier otro. Así lo muestra la bellísima letra.

Canta: Esperanza Fernández. Autor letra: Francisco Díaz Velázquez

«El dinero y la riqueza parecen que son lo mismo,/siendo cosas tan distintas,/la riqueza es justamente/lo que el dinero te quita.»

Letra de una cantiñas de Esperanza Fernández en el último disco de Dani de Morón. Es una poema de Francisco Díaz Velázquez, del libro «Coplas de nadie».

¿Se puede ser feminista y no estar en contra del capitalismo?

Repuesta de Silvia Federici: «No. No se puede. El feminismo no es una escalera para que la mujer mejore su posición, que entre en Wall Street, no es un camino para que encuentre un lugar mejor dentro del capitalismo. Soy completamente contraria a esta idea. El capitalismo crea continuamente jerarquías, formas diferentes de esclavización y desigualdades. Entonces, no se puede pensar que sobre esta base se pueda mejorar la vida de la mayoría de las mujeres, ni de los hombres. El feminismo no es solamente mejorar la situación de las mujeres, es crear un mundo sin desigualdad, sin la explotación del trabajo humano que, en el caso de las mujeres, se convierte en una doble explotación.» Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/03/20/mujeres/1553071085_109576.html

Pues nada. Hasta ahí llegó.

https://www.ivoox.com/paseo-121-aquelarre-21-marzo-2019-audios-mp3_rf_33852371_1.html