Mariana Mazzucato se pregunta en un artículo leído en «sin permiso»: «¿Quién crea realmente valor en una economía?». Una buena pregunta en esta época de tantos debates inútiles y cuestiones absurdas.
A día de hoy parece evidente que las grandes revoluciones tecnológicas se deben y son gracias al sector privado. Gran mentira. La autora nos indica que «Las grandes revoluciones tecnológicas – sea en la medicina, los ordenadores o la energía – han sido posibles gracias a que el Estado actuó como primera opción para inversor». «Elon Musk, por ejemplo, no sólo ha recibido más de 5.000 millones en subvenciones del gobierno norteamericano; sus empresas, SpaceX y Tesla, se han levantado gracias al trabajo de la NASA y el Departamento de Energía, respectivamente.»
Por otro lado, el pensamiento pagado por el capital hizo que fuera normal creer que los responsables de la generación de valor y riqueza son los propietarios del capital. «La riqueza la generan los empresarios» es una idea apenas discutida. Al margen quedó la actividad laboral, el trabajo de las personas. O mejor dicho, más que causa del valor, la creación de empleo pasó a ser consecuencia de la generación de beneficios empresariales. De este modo, «la teoría del valor trabajo fue substituida por la moderna y subjetiva teoría del valor de los precios del mercado.» De este modo, «cuando el valor no se determina con una métrica concreta sino más bien por medio del mecanismo del mercado de la oferta y la demanda, el valor se convierte sencillamente ‘en el ojo del que mira’ y las rentas (los ingresos inmerecidos) acaban confundiéndose con los beneficios (ingresos bien ganados), la desigualdad aumenta y cae la inversión en la economía real».
Nada de lo anterior tiene su causa en malos enfoques o errores académicos como parece indicar la autora. Son causa del poder acumulado por los detentadores del capital. Ellos dicen si el Estado debe intervenir o no, en qué y cómo; qué tiene valor y qué no lo tiene; quiénes son los nuevos héroes innovadores. Lo dicen pagando investigaciones, premios noveles, catedráticos y lo que haga falta. La verdad académica es en demasidas ocasiones una mercancía como otra cualquiera, guiada por el precio.
Para salir de esta lógica es necesario tener claro que el valor y la riqueza la generamos las personas, todas, en las relaciones socioeconómicas que establecemos a la hora de trabajar (y no solo de forma asalariada, producir, consumir, comprar, ahorrar. La transformación requiere de nuevas formas de relacionarnos sin la mediación del capital. Para ello es preciso generar autonomías o soberanías en los diversos campos y ámbitos necesarios para la Vida.
El capital no genera valor ni innovación. Lo roba.
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/quien-crea-realmente-valor-en-una-economia