Los partidos políticos que han sido los pilares del Régimen del 78 funcionan como empresas capitalistas por acciones. No es lo mismo un accionista que tiene muchas acciones que otro que no tiene tantas. Los barones y sultanas son accionistas de referencia, pues se hacen representantes de otros accionistas o militantes (son gente que han ganado elecciones o representan a federaciones). El actual CEO, «Chief Executive Officer» o director ejecutivo en castellano, del PSOE-SA desea que el partido-empresa actúe como una cooperativa democrática, que sean los afiliados, militantes, trabajadores quienes decidan. Estaría bien si ese CEO no hubiera sido nombrado y ganado a Madina como lo fue: con el apoyo de los accionistas de referencia y con compromisos no conocidos pero seguro existentes.
El CEO se ha hecho fuerte. Ya se verá cómo consigue lograr beneficios en el corto plazo y cómo los accionistas de referencia intentan eliminarlo.
Otros partidos y en diversos territorios que no han sido pilares del Régimen están en proceso de elegir a máximos representantes. Las dinámicas están siendo, por ahora, más próximas a elegir a un CEO que a un portavoz democrático de una asamblea.
Partidos-empresa o partidos como instrumentos democráticos de los movimientos sociales. Ese creo que es el debate.
Mes: septiembre 2016
Zoy de Morón
Dice Amalia Bulnes, en un artículo en eldiario.es: «Dani de Morón es de esta nueva generación de artistas que cree en las alianzas, que ha salido de ese individualismo que ha carcomido al Flamenco en otros tiempos, para hacerse fuerte rodeado de los mejores. Dani de Morón se levanta ante el talento ajeno sin perder la silla de la identidad, con la honestidad de entender que el objetivo de la guitarra flamenca es también ponerse al servicio de los demás.
Dice por su parte Sara Aguijo, en deflamenco.com: «Dani de Morón es rápido, agudo, cercano, nervioso, fantasioso, bromista, rebelde… Un sentimental que sabe llorar y se emociona con los pequeños detalles, un luchador, alguien que precisa agarrarse a sus raíces, un gallo si lo atacan… ¿O esto era su música?»
Sí, como se dice, Dani de Morón es muy bueno porque entre su música y él las distancias son muy cortas. Quizás sea una buena definición de genio, expresar cómo eres en lo que haces, ya sea música o muros de hormigón. Y un genio que cree en la cooperación, como dice A. Bunes, porque el individualismo te niega una de las mejores cosas que tiene la vida: ponerse al servicio de los demás.
Me encantó el espectáculo de Dani el miércoles en la Bienal: emoción, cante, gusto, baile, humor, y toque, mucho toque que me transmite, que no tengo ni idea de lo que hace, la técnica que utiliza, pero que me hace sentir.
Y me encantaría que la gente de Morón fuéramos tan astutas (como dice Sara Arguijo) y fuéramos capaces de hacer de gente como Dani, Antonio, Raúl, Sergio, Silvia, Fernando, Laura, María, María del Carmen,… de toda esa gente que casi siempre se pone por apellido «de Morón», el pilar de nuestra riqueza; de un modo de salir adelante de forma cooperativa y en alianza por un fin común: nuestro pueblo.
No me gustan mucho las banderas pero si mi pueblo debe enarbolar alguna esa debiera ser la de nuestra gente que va por ahí dando lo mejor de sí misma y diciendo «de Morón», «zoy de Morón.
Artículo de A. Bulnes:
http://www.eldiario.es/b…/Dani-Moron-futuro_6_561753822.html
Artículo Sara Arguijo:
http://www.deflamenco.com/…/dani-de-moron-21-con-israel-gal…
Fines y medios
Un partido político, un sindicato, una cooperativa, un colectivo social son herramientas. Alguna gente piensa que el medio tiene que ser coherente con el fin. Si deseas una sociedad horizontal, igualitaria, justa y democrática, esas herramientas deben cumplir con esas características. Si se piensa que una cosa es el medio y otra el fin, se puede pensar que la organización política, laobrla, social, o económica puede ser una «máquina» jerárquica, eficiente y «profesional», y con ella lograr una sociedad justa, en paz e igualitaria.
Una sociedad democrática con partidos jerárquicos y poco democráticos es lo que ha sido este Régimen del 78. Partidos como el PNV, el PP gallego o el PSOE en Andalucía son ejemplos de «éxito» en ese modelo. No les afectan la corrupción; pueden decir que son de izquierdas y preferir gobernar con el IBEX-Ciudadanos; construir cientos de kilómetros de autopistas, financiarte «muy bien» y no ser un corrupto; o ser colega de un narco y que la gente lo entienda. Ese tipo de partido puede ser analizado y copiado. Lo que no se puede es querer ser el referente de un movimiento asambleario, rupturista y horizontal y adoptar ese modelo.
Yo creo que es necesaria la coherencia entre lo que se dice y hace; si soy andaluz de izquierdas, no puedo ser del mismo partido que Susana Díaz; y si soy asambleario, debe luchar por un sindicato horizontal y por participar en una empresa democrática. Si, en el actual sistema político de democracia de mercado y economía capitalista, no quiero ser de una organización corrupta, la profesionalización debe ser mínima, los gastos de la herramienta muy pequeños, y la financiación popular (nunca de ningún banco aunque se llame popular).
La caja de herramienta para la transformación, compuesta por partido, sindicato, unidades de producción-distribución-consumo, debe tener coherencia entre medio y fines y, sobre todo, huir de las trampas del sistema que quiere transformar.
Hacerlo es difícil, pero si estas cuestiones se tienen claras, el primer paso es muy factible. El problema es que a día de hoy ni estas cuestiones se tienen claras.
Septiembre 2016.
Gira el cuello y «pogresa»
En pueblos como el mío, más que neoliberalismo ha habido, y hay, neocaciquismo (la idea no es mía, es muy buena, es de José Manuel Naredo y lo dice para otros muchos sitios).
Dueños de empresas industriales que generan obreros militantes de Ciudadanos (como tener las ideas de la Falange pero en moderno, y guapo y guapa, claro).
Dueños de inmobiliarias que no han tenido nada que ver con concejales de urbanismo, en la vida.
Técnicos que ayudan a otros técnicos. Siempre donde hay que estar, ayuda al que te puede ayudar. Comunismo católico.
Condes que pegan pelotazos urbanísticos que duran más de una burbuja inmobiliaria (apuesto que va a durar incluso tres).
Personas que no se venden y que las tratan como vendidas (¡viva el AMA!).
Y todo va bien. Como debe ir. Pogresando. Sí, pogresando (en el bar hasta los errores gramaticales indican más que lo bien dicho).
El progreso es otra cosa, y aquí no está.
Aquí no ha habido corrupción, no hay desempleo, ni pobreza, ni emigración. Nadie ha sido, nadie lo ha estudiado, nadie, casi, lo mira, lo ve.
El caciquismo tiene eso, es capaz de hacer girar la cabeza a miles de personas.
Y todos tan amigos.
Demagogos, radicales, populistas
Hace ya muchos años leía con disfrute como Eduardo Haro-Tecglen desmontaba los argumentos de los que criticaban a los que pensábamos de cierta manera llamándonos demagogos. No hace tanto, era Javier Ortiz que se autoproclamaba radical en un memorable artículo. Hoy leo al gran Darío Fo: “’Populismo’ indica una ideología característica de un movimiento político o artístico que ve en el pueblo un modelo ético y social y el respeto de todos los individuos que forman parte de una comunidad civil». El artículo se titula «Populista, y a mucha honra».
Pues eso, antesdeayer demagogos, ayer radicales y hoy pupulistas. Todo a mucha honra.
Contactos
Efectivamente, no sirve los estudios que tengas, tus saberes. Los expertos dicen que lo que sirven son los contactos; ahora también se dice capital relacional. Conozco a mucha gente de mi pueblo que sin ser experto, tiene claro que lo importante es hacer «amiguitos». Pero bueno, ya se dice en El País, un periódico tan serio como el ABC, por ejemplo. Quizás sirva para que la gente joven estudie para ser mejor persona y no mejor mercancía. Al final sólo las mercancías con contactos, enchufe en mi pueblo, son elegidas por los compradores. Las buenas personas, sin embargo, siempre son necesarias.
Mundo del revés (II)
Dice M. Roberts, un economista bueno, bueno de verdad: «Hablando de volver al futuro, una de las propuestas políticas más importantes de los economistas convencionales ha sido que los gobiernos aumenten el gasto público en infraestructura (construcción de carreteras, ferrocarril, puentes, centrales eléctricas, telecomunicaciones, etc.) para conseguir relanzar las economías. (…) La última propuesta en este campo ha venido de los economistas del Departamento de inversiones en Australia, de Macquarie. ¿Por qué no colonizar Marte? ‘No es tan loco como parece’ escriben Viktor Shvets y Chetan Seth del equipo de renta variable global de Macquarie. ‘Un programa gigante de colonización de Marte crearía una vasta industria, intensiva en capital, que se extendería por el mundo, crearía puestos de trabajo, y resolvería el problema de la productividad de la economía global’.
Por si no se habían enterado, la economía mundial no está creciendo a una velocidad suficiente porque hay un ‘declive de los rendimientos de la inversión’. Así que lo que tenemos que hacer es iniciar un amplio programa público para colonizar Marte, similar al programa espacial de la década de 1960 bajo Kennedy para colocar un hombre en la Luna.
Curiosamente, los economistas de Macquarie no están interesados en un programa de inversión global para ayudar a los más pobres de este mundo; para tratar de resolver el desastre ambiental global o para impulsar la educación, la sanidad o las infraestructuras básicas en los países más pobres de la Tierra. No, eso no es tan útil (rentable) como invertir en otro planeta para obtener una mejora de la rentabilidad de las inversiones.
La solución Macquarie es el último grito de la política económica keynesiana».
Lo que para algunos es hoy idea ser un economista progresista, casi un izquierdista.
¡No me digan que no están locos estos marcianos! ¡y que no son malos!
Septiembre 16
Mundo del revés
La economía tiene por objetivo satisfacer las necesidades de la gente. La economía capitalista tiene por objetivo satisfacer las necesidades del capital, resumido en acumular, acumular y acumular beneficios. La economía capitalista es antieconómica porque necesita de la necesidad de las personas para satisfacer al capital.
La capacidad productiva hoy en día genera bienes y servicios suficientes para satisfacer las necesidades de las personas que habitan el planeta (incluso debería cambiar de dirección para mejorar el actual desastre medioambiental global). El problema económico no es la falta de producción sino la mejora en la distribución. No digamos en sitios como Europa, con capacidades productivas enormes (basadas entre otras cosas en el robo sistemático de otras zonas del mundo durante decenios).
El capitalismo, para acumular beneficios, necesita de personas que necesiten ser explotadas. Por eso hablar de la imposibilidad de una renta básica es una opción política y una mentira económica; una renta básica debilitaría muchísimo la fuerza del capital y aumentaría la de las personas. Nacho Álvarez hace una cuenta muy sencilla: con las pérdidas del Estado en ayudas a la banca pagaríamos dos veces una Renta Garantizada para 8 millones de personas.
Lo normal sería la existencia de una renta básica. Lo anormal es que haya gente que pase necesidades. Pero lo anormal es lo normal es este mundo del revés.
Si no podemos cambiar el mundo, al menos que el mundo del capital no nos cambie a nosotros (del todo). De ese modo siempre tendremos la posibilidad, más pronto que tarde, de demostrar su locura y maldad.
¿Se acuerdan de Grecia?
Dice Pedro Olalla: «En Grecia llevamos seis años de “rescate”, y los hechos son estos: un 25% de disminución del PIB, un 30% de empresas cerradas, más de un millón de despidos, un 38% de reducción salarial media, un 45% de reducción de pensiones media, una tasa de ahorro del -17%, 600.000 jóvenes cualificados emigrados, un aumento del 42% de la mortalidad infantil, un cuarto de la población bajo el umbral de la pobreza, millares de personas y familias comiendo cada día de la caridad popular, un gobierno a las órdenes de los acreedores, el mayor plan de privatizaciones del mundo, y casi dos personas suicidándose al día durante los últimos seis años. Pero ¿algo habrá de positivo?, cabría preguntarse. ¡Habrá disminuido, al menos, la deuda! Pues no: la deuda estaba en el 120% del PIB cuando empezó el “rescate” y ahora está ya en el 180%; después de haber dedicado más de 460.000 millones a su amortización y de todos los sacrificios materiales y humanos.»
Indigna la actuación de economistas induciendo al suicidio, provocando aumentos de la mortalidad infantil.
Indigna la falta de discurso contra este terrorismo económico.
Indigna el silencio.
Mercado de bebés
La explotación laboral consiste en que una persona realiza una actividad contratada por otra, la primera recibe un dinero y la segunda una plusvalía. La explotación viene de que quien contrata se lleva, roba, parte de la riqueza que genera la otra persona. Normalmente la que contrata está en un posición de superioridad respecto a la contratada. Esta es la base del capitalismo y se ha ido legitimando desde la idea de la libertad de elegir. La persona contratada puede, supuestamente, elegir si ser o no explotada.
Las mujeres han sufrido a lo largo de la historia del capitalismo una mayor explotación que el trabajador asalariado varón. Se la invisibilizó en el trabajo doméstico o de reproducción sin salario, en el supuesto no-trabajo, y cuando realizaba trabajos asalariados sus condiciones eran normalmente peores que las de sus compañeros varones. Aquí nos situamos en un paso más: una mujer «elige» tener un hijo para otra persona a cambio de dinero. Maternidad subrogada.
El capitalismo avanza haciendo creer que todo es legítimo si hay alguien que paga y otra cobra. En este sistema las personas somos mercancías, medios de producción, cosas a intercambiar.
Si nos consideramos algo más que objetos hay que tener claro que en capitalismo otro mundo es imposible; no hay transformación social, ni cambio real si no se aborda la cuestión de la economía, si no se es anticapitalista o poscapitalista o…
Esto hay que pararlo ya y para ello hay que posicionarse. No se puede ser y parecer al mismo tiempo, te tienes que decidir (decía nuestro gran Julio Vélez).
Si las personas que ven esto bien son moderadas y normales (como el de la camiseta azul), yo me declaro extremista y radical (y, por tanto, con estos dos adjetivos, normalmente me incluirán en el lote de los terroristas).