En un artículo de 2013, se mostraban datos muy interesantes del sistema PER-subsidio agrario. Entre ellos que el subsidio supone el 2% del gasto estatal en desempleo y lo cobra el 23% de eventuales agrarios. Del sistema se benefician Extremadura, Valencia, Castilla-La Mancha, Aragón, Murcia, Castilla-León, Canarias y Andalucía, que es la que más recibe con 147,7 millones, de un total de 215 millones anuales.
Estos datos pueden valorarse en su justa medida si los comparamos con estos otros. Así, 60 familias de las 200 más ricas de España han cobrado desde 2008 más de 250 millones de ayudas de la Unión Europea para sus empresas. Entre estas grandes familias, copan el ranking de las que más ayudas han percibido algunas andaluzas. Los Mora Figueroa, con un patrimonio estimado superior a los 800 millones de euros, recibieron casi 50 millones de euros en subvenciones desde 2008. Los Domecq, cuyo patrimonio se estima entre los 400 y 450 millones de euros, han percibido 36,6 millones en subvenciones europeas.
Según los informes anuales del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), entre 2008 y 2014 se repartieron 40.000 millones de euros en ayudas agrícolas en España de las que se han beneficiado alrededor de 900.000 propietarios de tierras cada año (no todos, ni mucho menos, pueden ser denominados agricultores). De media, los beneficiarios españoles de la PAC percibieron 44.000 euros durante esos años (las personas que perciben subsidio agrario difícilmente reciben más de 6.000). Las grandes fortunas, las 60 familias más adineradas (según cálculos de eldiario.es), recibieron a través de sus empresas agrícolas, en promedio, 1,1 millones de euros en subvenciones.
Malditos sean aquellos que nos llamen flojos y subsidiados a la gente de Andalucía.
Malditos sean.
Derrota
«Hay una guerra de clases y la estamos ganando». Esta es una frase del magnate estadounidense Warren Buffet.
Algunos de los perdedores no saben ni que existe esta lucha. Otra de esta gente prefiere no saberlo y aliarse, o intentarlo, con la parte ganadora. Y otra parte de la gente que conoce la situación parece preferir jugar el partido contra las de su misma clase.
No sé qué es peor. La ignorancia, el desclasamiento o la soberbia.
Ilusión mentirosa, y necesaria
Hoy es un día en el que la gente que vive en España tiene algo en común. La mayor parte de los súbditos de esta Monarquía contribuyen al erario público en su fe de ganar un premio de la lotería. Afortunadamente cada vez quedan menos artificios de comunidad española como este.
Hoy es el día en el que las mayorías ponen dinero para que unA minoría se convierta en millonaria. Como el capitalismo mismo, «pocos con mucho y muchos sin na», dice el flamenco. La lotería es, quizás, el mayor acto de concentración de la riqueza que existe.
La minorías televisadas que saldrán festejando no dejarán ver las mayorías perdedoras. Salvo en la intensidad, es lo que suele pasar a diario con la realidad televisada.
Eso sí, el mayor premio es compartirlo. Mencionar la palabra compartir en el mayor acto de concentración y acumulación de dinero es la forma en la que la publicidad colabora con esta ilusión mentirosa (creo en las ilusiones verdaderas).
Decir repartir/compartir en este acto de concentración es como decir solidaridad en los diversos actos de caridad que nos rodean.
Solidaridades caritativas, caridad solidaria, compartir los excesos, concentrar lo escaso, convertir en escaso lo que no lo es.
Ilusiones mentirosas y necesarias para mantener esta realidad injusta, insolidaria y cada vez más difícil de descifrar.
Paradojas capitalistas
La salud de la bolsa de valores es inversa a la de los intereses populares. Hoy ha habido un inicio de buena noticia. Los bancos pueden que devuelvan parte de lo robado a las personas que firmaron hipotecas con cláusulas suelo (un artículo de El País habla de «embrollo judicial, aviso a navegantes). La bolsa cae ante tan buena noticia.
¿Hay que alegrarse de que la bolsa vaya mal, de que los bancos se vean perjudicados y la gente beneficiada? La evidencia nos indica que sí. Lo triste es que en capitalismo el futuro de las clases populares depende tanto del capital que hasta estas buenas noticias nos perjudica.
Lo bueno en un sistema tan malo acaba siendo malo. Paradojas capitalistas.
Problema
El rescate de las autopistas es algo aberrante. Una aberración que no generará ningún problema político, social, ni incluso económico (para eso sí hay dinero).
La derecha genera ideas. Ideas que sirven para que una minoría se apropie de la riqueza y aumente la desigualdad. FAES, una fundación que impulsó Aznar es un ejemplo de herramienta para la generación de esta munición que legitima aberraciones. Desde estos «Tanques de Ideas» hablan de libertad, de la necesidad de que el Estado no intervenga en la economía. Son liberales. Liberales que piensan y producen ideas para que se liberalicen los negocios con ganancias y se nacionalicen los que tienen pérdidas. En esto consiste básicamente el neoliberalismo: un pensamiento útil para que el poder continúe apropiándose de una cada vez mayor proporción de la riqueza social. Ejemplos de actuaciones concretas son el rescate estatal de la banca o de las autopistas (en gran medida otra vez de la banca).
Ellos cumplen con su cometido, trabajan y piensan, generan ideas para sus intereses. Esto es lo normal. Y como normal no es un problema.
En mi opinión el problema es la falta de capacidad de las ideas transformadoras, de las propuestas de las fuerzas que desean una sociedad más justa e igualitaria. El verdadero problema es la negación de esta cuestión; el no considerar prioritario avanzar en el frente ideológico para generar ideas fuertes que supongan una verdadera alternativa al capitalismo neoliberal imperante.
El problema es no ver un problema en nuestra debilidad en el frente de las ideas, alternativas, pensamiento.
Alternativa económica
Dice Enmanuel Rodríguez y Brais Fernández: «La clave de la política futura es mantener el cambio vivo más allá de los resultados electorales y construir poderes sociales alternativos como ocurrió con los movimientos por los derechos civiles, la lucha obrera o el feminismo. (…) La construcción de poderes sociales alternativos se realiza cuando sujetos sociales sometidos se constituyen como sujetos políticos en sentido propio. Así pasó con los asalariados convertidos en movimiento obrero, con las mujeres organizadas en movimiento feminista, con los nietos de los esclavos en movimiento por los derechos civiles, etc. Y fueron estos movimientos los que construyeron lo que todavía persiste de realmente democrático en nuestro sistema institucional: desde el sufragio universal hasta los derechos sociales. En política, democracia es conflicto.»
Creo firmemente que uno de esos movimientos alternativos es la Economía Social Transformadora. Hoy día la mayor parte de las organizaciones sociales (partidos, sindicatos, etc.) ven al cooperativismo como algo positivo pero pocas apuestan firmemente por la democracia económica, la autogestión en la producción, la distribución, el consumo o la finanzas. No se va de verdad, por ahora.
Sin embargo, espero que poco a poco se apueste firmemente. Ya sea por acción y convencimiento o porque no quedan otras vías. La Europa del capital, el Euro, el Estado Neoliberal y las demás herramientas que el Capitalismo ha puesto en marcha para hacer de este sistema una dictadura blanda o sistema autoritario legitimado dejarán pocas alternativas verdaderamente transformadoras.
Debemos pasar de ser asalariados pasivos, consumidores compulsivos, ahorradores especulativos, es decir, sujetos sociales sometidos, a sujetos políticos en sentido propio. De este modo estaremos generando alternativas anticapitalistas, poscapitalistas, socialistas, autogestionadas…, como queramos llamarle (o le acaben llamando los listos.)
Producir, consumir, distribuir y financiar con nuestras normas, poniendo a las personas en el centro, subordinando la ganancia a la dignidad humana y el cuidado de nuestro medio natural, de forma democrática y autogestionada, son acciones que debemos impulsar ya.
Pero ya.
El anticapitalismo avanza
Cuando he leído esta noticia he pensado varias cosas: si es de fiar la página, si es de humor, si es 28 de diciembre, o si yo qué sé.
Dice la noticia que FUNCAS, una Fundación de las Cajas de Ahorros, ha publicado una encuesta sobre lo que piensa la sociedad española acerca de la economía de mercado/Capitalismo (no distinguen).
Resumo.
– Un 53,9% afirma que «la economía de mercado es un sistema que suele traer consigo la pobreza de la mayor parte de la población».
– Un 67,5% declara que prefiere vivir en una sociedad «menos innovadora, pero más igualitaria», frente al 30% que apuesta por un país «menos igualitario, pero más innovador».
Si esto es verdad, podemos llegar a pensar que la gente quiere una alternativa al capitalismo. Por tanto, quizás sea hora de dejar de hablar de estrategias de comunicación, luchas mediáticas, análisis de discursos, y ponernos manos a la obra con una alternativa seria a la forma en la que generamos, distribuimos y nos apropiamos de la riqueza.
Digo yo.
Fuente: ps://www.libremercado.com/2016-12-04/el-anticapitalismo-avanza-en-la-sociedad-espanola-1276587992/
Towsend, Polanyi y la reforma
Townsend fue un pensador de finales del siglo dieciocho y principios del diecinueve.
Decía: «Es sólo el hambre lo que puede aguijonear y mover a los pobres a trabajar. El hambre no es sólo pacífica, silenciosa, una presión constante, sino que, como la motivación más natural para la industria y el trabajo, induce los esfuerzos más poderosos. El esclavo debe ser obligado a trabajar, pero el hombre libre debe ser dejado a su propio juicio y discreción, debe ser protegido en el pleno disfrute de lo suyo, ya sea poco o mucho, y debe ser castigado cuando invada la propiedad de su vecino.»
De este modo, dice K. Polanyi, una sociedad libre podía considerarse integrada por dos razas: la de los propietarios y la de los trabajadores. Mientras que la propiedad estuviese segura, el hambre los impulsaría a trabajar.
En esta sociedad libre y democrática vivimos. El hambre, la pobreza, la precariedad material no es un problema para la economía capitalista, sino una consecuencia necesaria para su funcionamiento y desarrollo en pos de la acumulación de capital de cada vez menos personas.
Hoy es posible resolver las necesidades materiales de la Humanidad (niñas, adultos, pensionistas, enfermas…). No en capitalismo. No es posible la reforma.
Mucho que aprender
Esta mañana puse la radio y había una fiesta. La progresista cadena Ser entrevistaba a un demócrata de EE.UU. que festejaba la muerte de una persona. Nada de falacias. Nada de hipocresía. Muere un enemigo y se festeja.
Hay lucha de clases pero sólo parecen enterarse las élites, la clase dominante.
Los de abajo, a ser buenos e hipócritas para seguir siendo dominados pero susceptibles de ser empleados.
Cuba es un ejemplo en muchas cosas. Hoy me quedo con esta: como un líder que parecía insustituible ha muerto después de 10 años de dejar la máxima jefatura de un Estado que continúa siendo socialista y soberano. Sin él.
¡Tanto que aprender!
Próximo objetivo: las pensiones
Privatizaciones, obras públicas, servicios públicos municipales, servicios sociales, parte de la educación, de la sanidad. Ahora le toca a las pensiones. El capital quiere ganar dinero con todo.
El Pacto de Toledo de las pensiones se firmó en 1995. En ese año, el PIB español, la riqueza que se crea en la economía española era de 459.337M.€. En 2015, la tarta a repartir, la riqueza que se genera es de 1.081.190 millones de euros. Esta es la base del debate sobre las pensiones. Existe más riqueza para sostener la vida de las personas que no pueden realizar un trabajo asalariado. Sin embargo se oculta con otras cuestiones como nuestra esperanza de vida (¡vamos en contra de nuestra economía por vivir más!).
El tema de las pensiones es un tema de reparto, de igualdad, y en el capitalismo neoliberal en el que vivimos el capital hegemónico, las finanzas, promueven que la riqueza se acumule en cada vez menos manos. Como dice D. Harvey, en el fondo «hay que enfrentarse al poder sobrecogedor del capital financiero». Lo demás es pura y dura propaganda que nos lleva a un mundo tan desigual que las crisis económicas tan sólo pueden solucionarse, en el marco del capitalismo, con nuevos robos y mayor injusticia y autoritarismo.