Masallana

«Esa gente de Manhattan es mejor que nosotros, desean cosas que no han visto.»
Esta es una frase de la serie Mad Men. Muy recomendable. Se lo dice una personaje de clase obrera o otro de su clase, y se refiere a los ejecutivos del corazón del capitalismo norteamericano de la década de 1950 y 1960.
Pienso que la clase alta nos gana por muchos motivos, pero uno de los principales es por ser más utópica. Parece contradictorio pero creo que no lo es.
Desear cosas que no existen es el primer paso para hacer que existan. Sin desear cosas que no vemos no transformaremos nada a nuestro favor. La transformación social es eso, luchar por algo que no existe, por algo que no hemos visto.
Los ricos de Manhattan, o de la Castellana, lo hacen a diario y lo están consiguiendo: transforman a diario esta sociedad a favor de sus deseos (de cosas que no han visto pero acaban viendo).

Libro de tercero de primaria (Santillana)
«Trabajo
Cualquier actividad que realizan los seres humanos para obtener un dinero a cambio, es decir, un sueldo.
Población inactiva 
Está formada por personas que no pueden trabajar o que no cobra un sueldo por sus actividades. Dentro de este grupo están los niños, los jubilados, los estudiantes y las amas de casa.»
Sólo trabajan los que tienen un sueldo. Las amas de casa no.
Le digo a mi hija que lo estudie o que no. Aprobar es desaprender cuando priman los dogmas.

Baja el paro y baja la ocupación; ¿cuál es la noticia?
«El paro ha descendido en Andalucía en 47.900 personas durante el primer trimestre de 2017 (…).
Es decir, que casi 48 mil personas menos se consideran desempleadas. Fijo que, salvo enfermedad, no están «paradas».
Un poco más abajo, en la misma noticia, puede leerse;
«De enero a marzo la cifra de ocupados en Andalucía ha descendido en 63.100 personas (…)».
Cae el desempleo y cae la ocupación, es decir, el número de personas con empleo.
¿Qué ocurre? Para ser considerada desempleada, una persona debe ser considerada previamente «activa», ofrecerse en el mercado de empleo. Las faltas de expectativas hace que la gente abandone la posibilidad de ser empleada, por lo que deja de ser considerada «activa». Esta es la causa de la caída del desempleo. Lo importante, el número de personas que pueden subsistir gracias a un empleo, disminuye también.
El empleo es cada vez menos una herramienta para salir de pobre; a menos gente le asegura vivir con dignidad.
Pero esto no es noticia.

«En los años veinte el prestigio del liberalismo económico alcanzó su cénit: centenas de millares de hombres sufrieron el azote de la inflación; clases sociales y naciones enteras fueron explotadas. Fue entonces cuando la estabilización de las monedas se convirtió en el punto focal del pensamiento político de los pueblos y de los gobiernos; la restauración del patrón-oro constituía el objetivo supremo de todos los esfuerzos organizados en el terreno de la economía. La devolución de los préstamos extranjeros y la vuelta a una moneda estable fueron consideradas la piedra angular de la racionalidad política y se estimó que ningún sufrimiento personal y ninguna usurpación de la soberanía constituían un sacrificio demasiado grande para recuperar la integridad monetaria. Las privaciones de los parados a quienes la deflación había hecho perder sus empleos, la precariedad de los funcionarios despedidos sin concederles siquiera una miserable pensión, el abandono de los derechos de la nación e, incluso, la pérdida de libertades constitucionales fueron considerados un precio justo a pagar para responder a las exigencias que suponía el mantener presupuestos saneados y monedas sólidas, esos a-priori del liberalismo económico.»
Esto lo escribió K. Polanyi en «La Gran Transformación», allá por 1944. Quería explicar lo que vino tras la década de 1920 y tantos años de liberalismo económico: el fascismo.
No debe extrañarnos, tras tanto neoliberalismo, la fortaleza de D. Trump, Jean Marie Lepen o el Partido Popular.

Vender, comprar, ahorrar o consumir son actos políticos. Al comprar , consumir o depositar tus ahorros colaboras con unas determinadas empresas o bancos o distribuidoras; o con «otras».
Desde mi cooperativa participamos en una campaña de venta de aceite ecológico de la cooperativa de Marinaleda. Y lo hacemos para hacer otra economía, para crear «otras» distribuidoras o impulsar «otras empresas», en este caso de economía social transformadora. Teniendo como ejemplo la cooperativa de Marinaleda, queremos trabajar e impulsar una red de distribución que impulse otro consumo y otra producción. Y todo ello financiado por herramientas para la transformación y no para la acumulación (coop57).
Vender aceite de Marinaleda, a través de cooperativas o distribuidoras alternativas supone dar pasos hacia la soberanía económica, hacia fórmulas de producción y consumo alternativas, basadas en la propiedad colectiva de los medios de producción, en el trabajo autogestionado y en la democracia económica.
Pasos de transformación.

Para la gente de Morón, Pruna, Villanueva, Olvera, etc. etc. etc., poder hacer uso del AVE ha significado tener que llegar a Sevilla. Y querer ir a Madrid. La posibilidad de llegar a Sevilla en tren, para coger un tren de alta velocidad, desapareció para muchos pueblos del medio rural andaluz a raíz de las fuertes inversiones necesarias para «modernizar» Andalucía mediante la construcción del tren de alta velocidad.
La construcción del AVE supuso destinar muchos recursos a esa conexión: Sevilla con el exterior. Mientras, el medio rural andaluz se desconectaba. Desaparecían vías como Morón- Sevilla, y fue relegado el primer Plan Ferroviario Andaluz.
El Plan Estratégico Ferroviario de Andalucía (PEFA), de 1986, quería articular e integrar el territorio andaluz. Todo el dinero se dirigió a articular a Sevilla con Madrid; prevaleció la relación con el exterior a la articulación interna de nuestro territorio. Modernizar era llegar rápido a Madrid (de quien estaba en Sevilla) y llegar a rastras a Sevilla (quienes estábamos en el resto de Andalucía).
Por ejemplo, el PEFA sugería una nueva alternativa para el corredor interno regional Este-Oeste a través de Morón y Almargen. Es decir, Morón que era final de ruta, se convertiría en un nodo que conectaría la Andalucía occidental con la oriental. La construcción del AVE cambió estos planes.
Opciones políticas y, como tales, discutibles. Tanto que hoy las gentes de pueblos como Morón no tenemos tren a causa del AVE. Decisiones políticas que, sin enbargo, y como pasa con casi todas las relevantes relacionadas con lo económico apenas son discutidas, valoradas o analizadas con el minimo rigor. Propaganda, propaganda, propaganda.
25 años de facilidades para que la gente de Madrid (con dinero) vayan a la feria de Sevilla; casi los mismos en los que no hay tren en mi pueblo, pero menos de los que llevamos desde Andalucía mirando hacia fuera, hacia Madrid, hacia arriba.

Muy buenas, por aquí estoy respetando.
14 mil son los hermanos de la cofradía de la Macarena. 14 mil los civiles asesinados en la provincia de Sevilla por el Hermano Mayor Honorífico de esta Hermandad, el general franquista-golpista Gonzalo Queipo de Llano. Esas 14 mil, bien lo sabrá su dios, se quedan cortas pues son tan sólo las que provocó en la provincia de Sevilla. En mi pueblo, Morón, bombardeó a civiles (sí, como en Guernika), asesinó y torturó como se documenta en el magnífico libro de Miguel Guardo Rodríguez «Morón: consumatum est» (lo que dijo el buen católico cuando culminó su sangría). Con sus restos no ocurre lo mismo que con muchas de sus víctimas: sí se saben donde están. Sí, en la Basílica de la Macarena.
Pero claro, hay que respetar las tradiciones. Faltaría más. Y es tradicional en esta bendita tierra brindar honores a asesinos, compartir los sentimientos religiosos de los demás y callar ante tal muestra de exaltación de la barbarie.
Pues nada, a seguir respetando.

El ABC, docto en estas lides, define ecónomo como la persona encargada de la administración y la gestión de las actividades propias de la iglesia católica.
Dice la letra de una nueva canción de Los Planetas, Islamabad: «El hombre llama Dios a todo lo que no conoce/solo es un concepto humano, solo es un hombre/ solo existe en nuestra cabeza, es ahí donde tiene la fuerza/ es inútil negar su existencia, todo el mundo lo tiene en la conciencia».
Esta es la materia prima de la riqueza acumulada por la Iglesia Católica (y otras), la fuente primera sobre la que han trabajado los ecónomos. A esta materia prima le añades otras (tradición, búsqueda de «capital relacional» -sí, como el palco del Bernabeu-, etc.) y surgen negocios espléndidos como el alquiler de sillas en espacios públicos para ver procesiones.
Así, en Sevilla, y según un artículo de Público: «De las 30.000 sillas que ponen por todo el centro, el Arzobispado paga una media de dos euros por cada una de ellas. El ingreso del Arzobispado a las arcas públicas asciende a 60.000 euros. Sin embargo, los beneficios obtenidos por la venta al ciudadano superan los dos millones seiscientos mil euros, con un precio medio de venta de 88,36 euros por silla».(http://www.publico.es/…/domingo-ramos-especulacion-negocio-…)
La satisfacción de necesidades humanas y la privatización de lo público como fuente de negocio privado. En fin, que cuando llegaron los economistas, los ecónomos ya estaban allí.

Miro para Catalunya y veo cosas que me gustan. Me gustan las Cups, me gusta el proceso de los Comuns, y me gusta estas palabras que Fontana dedica a este partido:
«Estos días se cumplen sesenta años desde que me afilié a un partido clandestino que se proponía objetivos similares a los que acabo de señalar, y que tuvo una parte bastante importante en la tarea de acabar con el franquismo. Emprender hoy un combate similar es quizás aún más difícil que hace sesenta años, porque, bajo la apariencia de unas libertades democráticas falseadas, se esconde el propósito de mantener, contra toda razón, un sistema social injusto que genera dependencia y pobreza para la mayoría.»
En Andalucía necesitamos unidad popular, comunes, herramientas políticas, económicas y sociales que sirvan para acabar con este sistema de falsas libertades democráticas y de continuidad con el injusto reparto de la riqueza.

Donald Trump saca pecho. Bueno bombas. Vacila de bomba, muy grande y que mata mucho. Mientras, al mismo tiempo, llama asesino al que utiliza armas químicas.
En mi pueblo y comarca, Morón, cada vacilada de este pollo genera expectativas de empleo. Y de atentado (en realidad eso parece que sólo lo vemos unos cuantos aguafiestas). El empleo lo generan los buenos, los atentados los terroristas. No se quiere ver una relación, una causa-efecto. No hay peor ciego que quien no quiere ver.
Todo por un empleo, decía un chiste de El Roto hace años.