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SATcoopera, un proyecto de intercooperación necesario para otra Andalucía

La construcción de una economía al servicio de la gente tiene relevantes puntos de referencia en cooperativas vinculadas al Sindicato de Obreros del Campo (SOC) primero, SAT ahora, como son, por ejemplo, las cooperativas de Marinaleda. Y no son las únicas, desde luego.

Durante los últimos años ha estado funcionando la página web “tiendasat.org”. Desde este sitio web se ha distribuido productos vinculados al Sindicato Andaluz de Trabajadores. Parte del precio ha servido para pagar multas y hacer frente a la represión que ha sufrido este sindicato. A finales de 2018, las personas y entidades que han trabajado de forma voluntaria en esta página web llegaron al convencimiento de la necesidad de una mejora.

Este proceso ha culminado hace unas semanas con la puesta en marcha de una tienda virtual denominada SATcoopera. En dicha tienda virtual se pueden encontrar productos de las entidades que han impulsado este proyecto, a saber: Marinaleda SCA, Transformado SCA y La Zarza-Huertoliva SCA. En todos los casos son entidades de la Economía social transformadora con una fuerte relación con el SAT. Además, entre las entidades promotoras se encuentra LaMedina SCA, entidad dedicada a construir herramientas tecnológicas. A estas entidades se les irá sumando nuevas cooperativas, asociaciones o cualquier otro tipo de entidad de la Economía transformadora andaluza que asuma los compromisos acordados.

La puesta en marcha de esta web se inserta dentro de la necesidad existente dentro de las organizaciones transformadoras de avanzar en estrategias de intercooperación. “Sola no puedes, con amigos sí”, es una máxima que han llevado a estas entidades a trabajar de forma conjunta con el SAT para hacer realidad esta tienda virtual.

La Tienda servirá, además, como fuente de financiación para la Caja de Resistencia del SAT. Hay que recordar la represión sufrida en las últimos años por esta organización sindical, acosada por cientos de multas que les impiden desarrollar correctamente su labor de defensa de la clase trabajadora andaluza. Así, se puede leer en la web: “En pleno ejercicio de transparencia y soberanía, el reparto del precio del producto es el ofrecido en el siguiente gráfico donde la mayor parte corresponde a la entidad productora, un 70%. A la logística le corresponde un 10% y al mantenimiento de la web y la comunicación, un 5%. El resto un 15%, ha sido la cifra consensuada como donación para el Sindicato Andaluz de Trabajadores y Trabajadoras.»

En definitiva, con esta tienda virtual se van a visibilizar e impulsar proyectos de economía social y cooperativa vinculados al SAT, además de servir de apoyo y fortalecimiento de este sindicato. Tanto de un modo como de otro se podrá fomentar un cooperativismo sociopolítico al servicio de una sociedad alternativa. El aumento y mejora de los canales de distribución y compra de estos productos es clave para asentar proyectos de generación de empleo digno, democrático y sostenible, así como para generar semillas de transformación hacia otra economía y otra Andalucía.

Más info: https://satcoopera.org/

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Pensamiento jornalero

«Desarrollo local transformador» se titula un magnífico artículo de mi amigo Andoni Egia. Expone lo que para mí es una máxima trascendental para avanzar en poner del derecho la actual economía del revés: propiedad pública, planificación comunitaria y gestión cooperativa. Con todos sus déficits, Marinaleda intuyó estas máximas hace 30 años y, contra viento y marea, lucha por seguir poniéndolas en práctica.

Nada que ver con la privatización de la tierra, la planificación pública subordinada a intereses espúreos de capitales locales y foráneos, y la gestión empresarial de las cooperativas (con especial relevancia de las agrarias) impulsadas desde la Junta de Andalucía.

Desde el poder se ha desvirtuado el cooperativismo como herramienta para la transformación y lo ha convertido, en demasiadas ocasiones, en legitimadora del mal reparto, la injusticia y el despojo.

Por suerte, desde el pensamiento jornalero se lanzan semillas de fórmulas económicas esperanzadoras. Semillas que no se ven, que no las miramos, pero que si se regaran…

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Una fábrica de frutos secos

Cualquier persona que viaje por Andalucía puede observar el aumento de las plantaciones de almendro. Hace unos días leí al respecto. Guiado bajo la “neutra” óptica de un periódico “serio”, como cualquiera editado por el Grupo Joly, y de instituciones “sensatas” y “formales” como Asaja, la Fundación Caja Rural del Sur o la Diputación de Córdoba. Instituciones todas ellas que apenas tienen intereses en la agricultura andaluza y que, por supuesto, quieren siempre lo mejor para nuestra tierra. Por eso organizan “jornadas técnicas” donde “profesionales de reconocido prestigio” ilustran sobre cuestiones objetivas, científicas, apenas discutibles.

Así, ingenieros agrónomos de empresas que apenas tienen otro interés que el bien común, indican que el cultivo de almendros “está pasando de un modelo de plantación en secano en zonas marginales a nuevas plantaciones en regadío” y subrayan que “las previsiones indican que se va a pasar de producir 50.000 toneladas a 150.000 toneladas en sólo unos años.”

Estas personas, autoproclamadas en algunos casos como “Technical Manager” (¿quién no se fía de lo que diga alguien con ese cargo?) explican que “la evolución de la producción frutícola a lo largo de las últimas décadas indica nítidamente un camino irreversible hacia la mejora de la eficiencia de los inputs productivos, incluida la mano de obra”. Además, uno de estos “técnicos” indica, cual Moisés agronómico, como “se abrió hace décadas el camino hacia la intensificación de las plantaciones, lo que posibilitó una entrada en producción más rápida y una disminución de los costes de producción, al disponer de árboles de menor volumen, con la copa más accesible y mejor adaptada a la mecanización.”

El olivo fue el cultivo que guió hacia el edén cuando “hace ya 25 años abrió el camino hacia la intensificación con un nuevo concepto revolucionario de formación en seto; un tipo de plantación que permite, además de realizar la recolección mecanizada con recolectoras cabalgantes, mecanizar casi completamente las operaciones de poda y los tratamientos fitosanitarios.” Esta experiencia del olivo sirvió de base para el inicio, hace 10 años, de “un nuevo concepto de conducción en almendro similar al del olivo, denominado también SHD o Súper High Density con las mismas ventajas, pero en una especie cultivada tradicionalmente en sistema extensivo.”

Todo es impecable pues “el cambio de concepto es sustancial y se basa en disponer de un patrón enanizante como el RP-20, que permite intensificar las plantaciones a la vez que controlar el vigor de forma eficiente en árboles adultos. Este sistema también denominado SES o 2D se basa en densidades de plantaciones de entre 2.000 ó 3.000 árboles por hectárea, con distancias entre filas de 3 a 3,5 metros y entre árboles de 1 a1, 4 metros”. Agregó que la poda se realiza de forma totalmente mecanizada a partir del segundo año y la recolección con máquinas cabalgantes. Todo ello hace a estas plantaciones mínimamente dependientes de la mano de obra. Maravilloso ¿verdad?

Sería estupendo si la riqueza generada pudiera ser disfrutada por la mayoría de la gente. No lo parece dada la “eficiencia lograda en el uso de la mano de obra”. Sin embargo, y para que cuadre el círculo, en la siguiente página del mismo periódico, la ex consejera de agricultura de la Junta de Andalucía y actual europarlamentaria, Clara Aguilera, pide apoyo público para facilitar el refuerzo tecnológico y digital de los sectores agrarios y nos dice con total seguridad: “El sector agroganadero andaluz ha avanzado en el reparto de rentas”. Y olé. Cuánto arte, cuánta gracia, cuánta magia.

El campo andaluz ha sido históricamente un laboratorio capitalista de vanguardia. Un ejemplo de cercamientos del común (lo de toda la gente pasa a ser de una, por la gracia de Dios, las armas y/o la ley); aplicación tecnológica para la maximización de los beneficios; reformas concentradoras guiadas por la tierra para quien la explota y explota a sus semejantes; creación abundante de eufemismos políticos que llevan a los mejores manijeros de un pueblo a Sevilla, primero, Madrid, después, y ahora Bruselas; destrucción de la naturaleza “científicamente”; expulsión de la población al mismo tiempo que se habla de inmigración; avances y más avances hacia la pobreza de un pueblo rico, bajo el yugo de Iglesia, Guardia Civil, técnicos universitarios o políticos corruptos.

Andalucía, ese vergel maravilloso convertido en una fábrica de frutos secos.

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Enhebrar la diversidad

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Sergio Pascual, el que fuera Secretario de Organización de Podemos y actualmente miembro del Consejo Ciudadano Andaluz, resalta en un artículo publicado en El Salto la siguiente idea: «Todo apunta a que lo que realmente requeriría Adelante Andalucía para alcanzar nuevas cotas electorales sería precisamente tiempo y maduración. Tiempo y maduración para realizar con convicción y valentía su ventaja potencial en los campos andalucista, ecologista, laicista y feminista, todos campos que están llamados a ser marcos relevantes de la agenda mediática en futuros pulsos electorales.» El ex diputado en el Congreso por Podemos también expresa, de manera aislada de los demás temas o “campos”, la necesidad de «hacer más sólida, tangible y realista una propuesta alternativa valiente de gobierno para superar el rezago de la economía andaluza y el drama del desempleo.»

En mi opinión, es más necesario que nunca establecer marcos propios que subordinen la agenda mediática a la vida real de la población, a los problemas con los que se enfrentan a diario las mujeres andaluzas, al expolio del medio natural o a la dependencia económica, la subalternidad política y la alienación cultural de Andalucía. Para ello me parece esencial interrelacionar los diversos ámbitos de actuación, dotando de sustrato socioeconómico o contenido material a la diversas temáticas consideradas.

Por lo general, los debates mediáticos y políticos partidistas aíslan estas temáticas y, sobre todo, las desvinculan de los factores socioeconómicos que nos hacen participar en condiciones desiguales. De este modo, el feminismo, el ecologismo o el andalucismo son fácilmente cooptados por el liberalismo, por el capital, por el poder. Aparece entonces el feminismo de Ana Patricia Botín con sus “techos de cristal” y suelos de moqueta; el ecologismo de “Ibertrola” y su energía “verde” o Ecoembes y la economía “circular”; o el andalucismo “por sí” que está dando en las últimas semanas poder municipal a la derecha más retrógrada de la península.

Mientras en los pueblos y ciudades medias y pequeñas andaluzas (el medio rural andaluz existe) el protagonista sea el mal reparto de la renta y la riqueza y el desempleo, los caciques locales  seguirán otorgando el derecho a la existencia. De este modo, las feministas más comprometidas seguirán abandonando sus localidades; aquellas personas que osen reivindicar derechos laborales deberán emigrar y continuar con esta “seña de identidad” andaluz; y el extractivismo de minas y canteras serán asumidas como algo bueno o el mal menor ante la idea de “todo por un empleo”. Igualmente, se nombrarán así mismas como andalucistas las mismas personas que apoyan el extractivismo ecocida o miran hacia otro lado cuando explotan a las mujeres y hombres bajo el imperio del latifundio, el caciquismo y la desigualdad.

¿Se puede ser feminista y no estar en contra del capitalismo? A esta pregunta respondió negativamente Silvia Federici en una entrevista no hace mucho. Tampoco creo que se pueda ser ecologista o andalucista sin crear un sistema diferente pues “el capitalismo crea continuamente jerarquías, formas diferentes de esclavización y desigualdades”. El sistema a transformar no es solo capitalista, sino también heteropatriarcal, colonialista, ecocida, racista. Por tanto, es preciso el diálogo entre las diversas corrientes críticas y movimientos sociales para poder entender la complejidad de la configuración de las distintas formas de dominación que nos matan, explotan, precarizan, empobrecen.

No es un mal momento para poder contar con una organización política partidista que asuma convertirse en una herramienta al servicio de la gente, de los colectivos, de los movimientos sociales y políticos transformadores andaluces. No vendría nada mal poder llevar a las instituciones andaluzas un programa potente de economía social transformadora, ecológica y feminista para Andalucía. Un programa con origen en el necesario esfuerzo de interrelación, afinidad y visión de conjunto que nos aleje de las divisiones funcionales al poder. Esté o no esté en la agenda mediática, sea o no sea un marco relevante en las confrontaciones electorales, es necesario enfrentarse ya, ahora, en Andalucía y Honolulu, al poder económico con este tipo de propuestas que contrarresten al capitalismo más o menos liberal, más o menos estatalista.

“Sola no puedes, con amigas sí”. Con esta máxima de “La bola de cristal” se está intentando crear y fomentar el cooperativismo transformador en Andalucía. Las luchas feministas, ecologistas, laborales, socioeconómicas o por un andalucismo transformador podrían avanzar mejor alejándose del aislamiento y abrazando la interrelación, la unión, la cooperación; trabajando desde la diversidad como un todo en el que la explotación de la mujer, de la naturaleza, de la persona con empleo o de un territorio colonizado como Andalucía sean campos de lucha tomadas como un conjunto, de manera orgánica, y sin subordinaciones ni jerarquías temáticas. Ahí está la dificultad y, al mismo tiempo, el enorme potencial transformador de nuestras luchas enhebradas.

Hay que enhebrar las luchas, las diversas posiciones ante la dominación. Huyamos del simplismo twittero y asumamos la complejidad de nuestra sociedad. Y, sobre todo, salgamos de la trampa de la división.

 

Artículo publicado en Portal de Andalucía: https://portaldeandalucia.org/opinion/enhebrar-la-diversidad/

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15 Medidas de Economía Social y Solidaria para los municipios

Traducción de las medidas propuestas por la Red de Economía Solidaria de Cataluña con vistas en las elecciones municipales de mayo de 2019.

Tres ejes principales:

– Democracia económica local.

– Transición cooperativa, ecológica y feminista de los municipios.

– Relocalización. Soberanías. Bines comunes urbanos, rurales y digitales.

Una economía para la transformación social desde el ámbito local

Las iniciativas que conforman la Red de Economía Solidaria de Cataluña impulsamos, en cada vez más municipios catalanes, otro modo de hacer que conjuga actividad económica, arraigo local y transformación social, a partir de una economía centrada en la sostenibilidad de la vida y la resolución equitativa de las necesidades humanas. Una economía socialmente justa, políticamente emancipadora, comprometida con la lucha contra las desigualdades por razón de clase, género, origen u opción sexual. Una economía arraigada al territorio, que fomenta la diversidad económica y cultural, respetuosa con el medio ambiente. Una economía social i solidaria.

En todo el país, miles de iniciativas socioeconómicas autoorganizadas desarrollan democráticamente procesos de producción, intercambio, gestión, distribución del excedente, moneda, consumo o financiación de bienes y servicios. Satisfaciendo las necesidades colectivas a través de relaciones de solidaridad y autogestión, estas iniciativas de la Economía Social y Solidaria practican la transformación igualitaria de la economía y la sociedad, defienden los bienes comunes ambientales, culturales y digitales, y contribuyen a la buena vida y a la emancipación colectiva. Consolidar y extender las iniciativas de la ESS es capital para la transformación del conjunto de las relaciones económicas, para democratizar globalmente la economía, para cooperativizar la sociedad y avanzar hacia modelos socioeconómicos postcapitalistas.

Con estos objetivos, y, habiendo hecho balance de la aplicación de las 14 medidas que propusimos el 2015, de cara a les elecciones municipales del 26 de mayo de 2019 hacemos la propuesta de 15 Medidas de Economía Social y Solidaria para los municipios, para que les candidaturas y las administraciones locales acompañen este proceso de autoorganización económica de las comunidades locales y co-impulsen un nuevo fortalecimiento socioeconómico territorial, basado en la democratización económica y la transición cooperativa, ecológica y feminista de los municipios.

15 Medidas para impulsar la economía social y solidaria a nivel local

1. El impulso de una nueva matriz económica necesita de las energías de todos los agentes socioeconómicos del cambio

Proponemos la creación de Consejos Locales de Economía Social y Solidaria, o de grupos de trabajo en municipios pequeños, integrados el conjunto de las iniciativas de ESS local y sectorial, por las entidades vecinales, ecologistas, culturales, educativas, feministas y de personas migrantes que lo requieran, y con la presencia de las áreas pertinentes de la administración local. Este órgano será responsable de promover políticas económicas, sociales, ambientales y culturales a nivel local desde el paradigma de la concertación público-cooperativa-comunitaria, orientadas hacia la transición democrática, ecológica y feminista de la economía. Se encargará de:

  1. Realizar y actualizar el diagnóstico de la ESS a nivel local.
  2. Diseñar el Plan Director de la ESS, de carácter integral y de ámbito municipal, con dotación presupuestaria, mecanismos de evaluación e indicadores cuantitativoso y cualitativos.
  3. Elaborar una memoria anual.
  4. Crear un servicio comunitario de mediación para los conflictos que puedan surgir, de formación mixta, con agentes públicos-cooperativos-comunitarios.

2. Por la transformación socioeconómica local, se necesitan herramientas que la hagan posible

Proponemos a todos los municipios donde sea posible la creación de Agencias de desarrollo socioeconómico local, o la transformación de los organismos existentes de promoción económica, orientándolos a la promoción específica de la ESS así como su transversalización al conjunto  de políticas municipales. Estos organismos deberán implementar el Plan Director y los programas, promover la participación social, abrir un registro de iniciativas socioeconómicas locales y coordinarse con las otras agencias de ámbito local o comarcal, así como los Ateneos Cooperativos de cada territorio. Desde la administración municipal es velará especialmente por revertir las desigualdades socioeconómicas del municipio, dando ayuda económica, técnica y  formativa a colectivos específicos – mujeres, personas migrantes y racionalizadas, trabajadores manuales, desempleadas y mayores de 45 años – para que puedan incorporarse a proyectos de ESS en condiciones de equidad.

3. Espacios para la promoción económica de proximidad

La agencia, en la medida que le sea posible, deberá habilitar un equipamiento público donde establecer la sede, ofrecer la atención al público, desarrollar programas formativos propios o de entidades locales y acondicionar espacios como viveros de   proyectos cooperativos. Estos centros de promoción socioeconómica local podrán tener, en función de los municipios, carácter de barrio, distrito, local o comarcal. También deben facilitar infraestructura, ayuda y asesoramiento para promover la gestión colectiva de los cuidados de las persones interdependientes, generando espacios de cuidados que sean compatibles con las necesidades y ritmos de las persones que participan, en todos los municipios que sea posible. Igualmente, los espacios de promoción económica de proximidad podrá estar ser fomentados por mancomunidades intermunicipales y Consejos Comarcales.

4. Gestión cooperativa i/o comunal del patrimonio colectivo

La apertura del patrimonio público y de los bienes comunes urbanos y rurales a las iniciativas de la ESS puede concretarse a partir de su cesión, para los usos y gestión de la ESS local, de edificios, locales comerciales, polígonos, granges, masías, terrenos y suelo urbano. En este sentido, se deberá inventariar los bienes inmuebles públicos y privados en desuso de los municipios, y establecer convenios – como financiación asociada- para relocalizar iniciativas de ESS, tanto para que puedan desplegar su propia actividad, como para que impulsen programas mancomunados de apoyo a la creación y fortalecimiento de nuevos proyectos cooperativos y comunitarios, habilitándose para usos productivos (talleres, espacios de incubación, almacenes, obradores, hacklabs, fablabs, espacios-test agrarios) y reproductivos (espacios de cuidados). Asimismo, se impulsará la recuperación, restauración y mantenimiento del antiguo patrimonio cooperativo y asociativo local para la titularidad pública y su cesión a iniciativas de la ESS.

5. Para garantizar el cambio socioeconómico, hay que trabajar el cambio cultural y educativo a largo plazo

Desde los municipios hay que impulsar programas propios y dar ayuda a programas de iniciativas de la economía solidaria que desarrollen las capacidades formativas de las personas, tanto en el sistema educativo como en otros. En relación a los centros de enseñanza, se fomentará la creación de cooperativas de alumnos en todo tipo de centros, en aquellos municipios en los que se tiene competencia, así como se dará ayuda a la introducción de la ESS en la formación profesional. Los programes formativos deberán tener una línea de capacitación técnica y administrativa (gestión económica, financiera, comercial, laboral), una capacitación societaria (gobernanza democrática, resolución de conflictos, etc.) y una educación en valores y prácticas cooperativas (acercamiento de iniciativas de la ESS, valores y cultura, educación ambiental, igualdad de género, antirracismo, conocimiento de la memoria cooperativa y asociativa local y general). La sensibilización y la formación en estos ámbitos y características será extensiva también al personal técnico y político municipal.

6. Asesoría, formación y acompañamiento de nuevas iniciativas socioeconómicas

Además de los programas dirigidos al público general, hay que impulsar programas específicos de asesoría, formación y acompañamiento de nuevas iniciativas socioeconómicas, así como la consolidación de las existentes, especialmente de aquellas que generan empleo, preservando y ampliando los bienes comunes, contribuyeb a la equidad de género y los derechos de las personas migrantes. Además de los servicios de conultoría e incubación, hay que facilitar el acceso a financiación a partir de del sistema de finanzas éticas. Desde una perspectiva de género, hay que establecer procedimientos para la corresponsabilidad, la gestión de conflictos y los cuidados.  En relación a las personas migrantes, será necesaria la colaboración entre entes públicos como el Servicio de empleo y otros que atienden a la población migrante, para que permitan potenciar la fórmula cooperativa como a opción viable en procesos de regularización, generación de empleo y de actividad económica para estos colectivos. Se debe prever, además, el trebajo específico con gestores locales para capacitarles e incentivarles a recomendar el modelo cooperativo para nuevos proyectos colectivos de carácter socioempresarial. Hay que reorinentar los servicios de empleo municipales para generar ciruitos de empleabilidad dentro de la ESS, analizando cadenas de valor de los sectores económicos del municipio y acompañarlos en la creació de empresas de ESS, donde dar salida a las necesidades de trabajo de personas en situación de feina de persones en situació de desempleo o exclusión social que atienden desde los servicios sociales. Finalmente, hay que incentivar la convergencia de las pymes y autónomos que operen con criterios de proximidad y responsabilidad social hacia los principios de la ESS, para que el tejido económico de proximidad se convierta en sujeto de cambio y sea parte de la matriz local de ESS. El balance social es útil para esta sensibilización.

7. Facilitar el acceso a financiación mediante un sistema integral de finanzas éticas y promover una relocalización del crédito

Hay que facilitar las condiciones para que los proyectos de ESS puedan acceder a financiación a través de entidades de finanzas éticas y/o cooperativas. En este sentido, siguiedo el ejemplo de algunos municipios catalanes, los ayuntamientos pueden firmar y desarrollar convenios de colaboración para la constitución de fondos de avales para compartir riesgos con las entidades financieras. Ahora se pueden promover programas que incentiven la capitalización de cooperativas para reforzar las estructuras financieras de estas entidades, para poder acceder a la financiación desde posiciones más fuertes. Por otro lado, la administración puede promover una fiscalidad favorable para aquellos proyectos con un impacto social positivo, impulsando incentivos y beneficios fiscales. También pueden impulsar procesos de matchfunding (“crowdfunding bajo el principio de corresponsabilidad”) con iniciativas de financiación colaborativa procomún, así como dar apoyo a iniciativas de finanzas comunitarias, como las comunidades autofinanciadas (CAF). Por un amejor relocazación del crédito, desde el tejido socical se puede promover la creación de Fondos locales colectivos de ahorro y crédito, a través de la implicación democrática de los ahorradores locales en la organización de las ayudas financieras, especialmente microcréditos. Estos fondos han de estar coordinados con las entidades del sisema de finanzas éticas y solidarias para puedan complmentarse la actividad, asumiendo una tarea de dinamización local para el desarrollo de ecosistemas más ricos de ESS.

8. Apoyo a la intercooperación, el mercado social local y el consumo responsable

Una nueva matriz socioeconómica local no es la suma acumulativa de iniciativas en un territorio concreto, sino el resultado de un proyecto estratégico de integración económica del conjunto de la ESS local. Hay que impulsar, pues, el Mercado Social Local y Ecológico, y fomentar la densidad de los intercambios y la intercooperación entre proyectos. ¿Cómo? Dando apoyo a ferias locales o comarcales de ESS y a mercados locales agroecológicos, incentivando la creación de polos cooperativos territoriales y la articulación de cadenas productivas solidarias (producción, distribución, consumo, etc.), reconectando y relocalizando a las redes locales de economía solidaria. En esta integración, se podrán enredar iniciativas formalizadas a nivel jurídico (cooperativas, asociaciones, mutualidades de previsión social, sociedades laborales, fundaciones), pero también otras formas de cooperación social sin formalización, en ámbitos como la agroecología, los huertos urbanos comunitarios, la microfinanciación, los fondos de crédito colectivo, los mercados y redes de intercambio de bienes y servicios, los bancos del tiempo, las monedas sociales, los equipamientos de gestión comunitaria y autogestionados, los bienes comunales naturales, culturales i digitales, los nodos de apoyo mutuo y cuidados, la economía popular y migrante, y las experiencias de vivienda, comunicación o transporte mancomunado, que comparten una vocación democrática, transformadora, ética y solidaria. Por otro lado, a nivel municipal se podrá impulsar o dar apoyo a campañas que promuevan el consumo responsable, ético y transformador, para aumentar el conocimiento de les alternativas de consumo impulsadas desde la ESS en el tejido social local (asociaciones vecinales, comercios locales, escuelas) y el público general.

9. La ESS debe poder abastecer al conjunto de las necesidades sociales, también las de las administraciones públicas

Desde los municipios se debe fomentar la compra y contratación pública socialmente responsable, priorizando criterios sociales, éticos y ambientales en la contratación y compra de bienes y servicios por parte de los Ayuntamientos. A partir de la incorporación de cláusulas sociales que reconozcan las condiciones de trabajo dignas, la igualdad salarial, la inserción sociolaboral, la sostenibilidad ambiental, la financiación ética, los circuitos de proximidad, la equidad de género, la interculturalidad y en definitiva los criterios de la economía social y solidaria ya aplicados con el balance social, como unos factores a tener en cuenta al mismo nivel, como mínimo, que los cuantitativos.

10. Recuperación de empresas y relevo empresarial

En la extensión de la ESS, es fundamental el apoyo municipal para la recuperación de empresas privadas en crisis por parte de las personas trabajadoras, por medio de empresas de economía solidaria como cooperativas de trabajo asociado, dotando un fondo para conseguir esta finalidad y participando de un proceso de acompañamiento conjunto con los sindicatos y las organizaciones representativas de la ESS. En un sentido similar, se han de potenciar programas de relevo empresarial, que garanticen la actividad económica, con fórmulas cooperativas, de aquellas empresas que han de cerrar por la jubilación y/o el abandono de los propietarios.

11. Municipalizaciones y cooperativizaciones de servicios públicos

Hay que impulsar la municipalización de los servicios públicos, y hacerlo a través de la lógica de la concertación público-cooperativa-comunitaria, para garantizar la universalidad del acceso y la participación y decisión conjunta entre la administración municipal, los trebajadores y las usuarias, así como con las iniciativas de la ESS. En aquellos municipios donde no se desarrollan programas de municipalización, o de forma complementaria en otros, hay que impulsar la cooperativización en sectores como la gestión de residuos, la gestión forestal, las energías renovables, el agua, las tareas de cuidados, los equipamientos culturales, los servicios alimentarios en equipamientos municipales, la rehabilitación de vivienda, la obra pública, la gestión del patrimonio físico, natural e inmaterial, el turismo comunitario o la economía circular.

12. Soberanía alimentaria, energética, residencial

Para que las personas puedan vivir bien, hay que apoyar la Carta por a una soberanía alimentaria desde nuestros municipios, para impulsar la transición de un modelo de agricultura capitalista y alimentación globalizada por la soberanía alimentaria, desde la revalorización de los criterios sociales, ambientales y de proximidad. Asimismo, hay que asumir la propuesta energética municipalista de la Red por la Soberanía Energética, con el objetivo de que la población del municipio tenga garantizado el derecho a la energía, se abandonen las energías fósiles en favor de les energías renovables, se promueva la producción y el consumo público, cooperativo y comunitario de energía renovable y se consigan municipios energéticamente sostenibles. Finalmente, para hacer frente a uno de los principales sociales de la sociedad- el acceso a una vivienda digna y asequible–es necesario que los municipios recuperen el máximo de suelo público posible y lo destine a vivienda de protección oficial, tanto de propiedad municipal y en régimen de alquiler, como fomentando la cesión de uso por cooperativas que potencian modelos colectivos de acceso y propiedad de la vivienda.

13. Para democratizar la sociedad del conocimiento, es necesario que los gobiernos municipales reconozcan el espacio público digital como un espacio de gestión comunitaria y se promueva el cooperativismo de plataforma

Hay que promover y garantizar el acceso a las nuevas tecnologías y a la red; promover los usos sociales, cooperativos y colaborativos de las TICs; hacer un uso exclusivo y didáctico de software y hardware abierto/libre en las administraciones municipales y todos los ámbitos públicos de su competencia; apoyar el establecimiento de infraestructuras tecnológicas de carácter abierto y de gestión comunitaria, descentralizada, libre y neutral; incentivar el conocimiento abierto  y usar licencias libres/abiertas; promover los valores y las prácticas cooperativas en o con TICs mediante programes específicos de capacitación, financiación e incubación. Hay que evitar los monopolios, abusos y precariedades asociadas a la hegemonía del capitalismo de plataforma, y dar apoyo a los digitales comunes, las iniciativas públicas de datos libres y el cooperativismo de plataforma.

14. Es necesario crear un relato sobre la transformación socioeconómica de los municipios

Para reforzar los cambios materiales, se necesitan relatos culturales e imaginarios propios. ¿Cómo? Facilitando el acceso de las iniciativas de la ESS a los medios de comunicación y web locales, visibilizando las iniciativas con mapeos y guías, recuperando la memoria cooperativa y popular local, fomentando la participación vecinal en los presupuestos municipales, aumentando la presencia en los nomenclators o listados de instituciones y personas vinculadas al cooperativismo, fomentando las investigaciones, congresos y encuentros de economía social y solidaria tanto a nivel local como internacional, promoviendo el intercambio de prácticas transformadoras, participando en la Red de Municipios por la Economía Social y Solidaria, apoyando la participación de las iniciativas locales en la Ferias de Economía Solidaria de ámbito supramunicipal.

15. Transformación feminista de la economía

Un cambio socioeconómico como al que aspiramos no puede dejar de lado la sostenibilidad de la vida y el bienestar de las personas. Se basará en los supuestos de las economías feministas, es decir, que la reproducción es economía y que valorizar el ámbito reproductivo, poniendo la vida y los cuidados en el centro de la economía, es esencial para construir alternativas al capitalismo. Para hacerlo es imprescindible reconocer, visibilizar y dignificar el trabajo de cuidados tanto remunerado como no remunerado y universalizar el acceso al cuidado. La administración local también debe centrar esfuerzos para sensibilizar y educar en economías feministas, desde la escuela y a lo largo de la vida, así como facilitar herramientas para garantizar la corresponsabilidad, apoyar a empresas y colectivos de la economía social y solidaria formadas por mujeres, y crear espacios y formaciones específicas para ellas. Desde la economía solidaria entendemos la economía feminista como un espacio de transformación de toda la estructura económica capitalista y por tanto de emancipación, no sólo de las mujeres sino de toda la sociedad.

 

 

 

 

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Otros mercados para la empresa solidaria-socialista

Texto extraído de una intervención de Paul Singer en el Sindicato de Ingenieros de Rio de Janeiro.

«La empresa socialista o, digamos, solidaria, está por ahora dentro del mercado capitalista, pero no es indispensable que ese mercado sea necesariamente capitalista. Es posible crear un nuevo mercado y para ello es muy relevante crear grupos o cooperativas de consumo.

Existen amplios campos de desarrollo para un cooperativismo de consumo. La economía solidaria no debe restringirse a reeducar el sistema de producción, también debe enfrentar la cuestión de reeducar la forma como se consume. Para que la economía solidaria pueda afirmar sus valores no debe ser competitiva. La experiencia de Mondragón lo demuestra. Siendo así, es posible, crear un sector en el cual también el consumo sea organizado de forma solidaria y en ese nivel no hay necesidad de competir. No será la competencia la que garantizará la calidad de los bienes y de los servicios ofrecidos a los consumidores.

Estamos por primera vez enfrentando directamente el modo de producción socialista en muchos lugares del mundo. Es una nueva tentativa pues ya fue enfrentado por los utópicos a su manera y aunque fracasó dejó lecciones importantes. No sé si fracasaremos o no, pero la tentativa es extremamente sólida.

Puedo crear todo, inclusive hasta el consumo final. Puedo crear cadenas en que los valores de la democracia y la igualdad prevalezcan en las relaciones. Existen ejemplos concretos de ello.»

Fuente: https://www.academia.edu/38619635/Econom%C3%ADa_Solidaria_posibilidades_y_desaf%C3%ADos?email_work_card=title

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La Economía social transformadora y la nueva esfera de la representación

Amador Fernández-Savater resumió hace unos meses en qué consistió el 15M en los siguientes dos puntos:

«1) una dinámica de autoorganización popular. Es decir, no un movimiento referido a un sujeto preconstituido (la clase obrera, etc.), sino un proceso de “creación de pueblo”. Porque es la acción colectiva la crea un pueblo y no al revés.» (….);

«2) un efecto de re-sensibilización social. Donde la crisis ponía en el centro la victimización, el resentimiento, la competencia y el sálvese quien pueda, el 15M puso la activación social, el empoderamiento, la empatía y la solidaridad.» 

Las gentes que impulsamos la Economía social transformadora la entendemos así, como «una dinámica de autoorganización popular» y de «creación de pueblo», así como un elemento que pone en el centro «la activación social, el empoderamiento, la empatía y la solidaridad». Y todo ello desde la economía, desde el ámbito de la subsistencia material.

Si se quiere cambiar las cosas es necesario transformar la política económica, el modo de entender cómo cambiar la economía, tanto desde el poder como desde el «campo social de fuerzas». Sin este planteamiento, la soberanía y la democracia se diluye en «lo nacional» y será difícil reconducir las actuales fuerzas de derechización y volver a construir otro «cortafuegos» como el que supuso el 15M.

La esfera de la representación debe interiorizar la Economía social transformadora si quiere, como dice Amador, «complejizarse y repensar-rehacer su engarce con la intervención en la vida social. Porque es ahí donde se crea pueblo, se modulan los afectos colectivos y se cambian las cosas.»

Artículo citado: «El fascismo que viene y la disputa cotidiana en el terreno de los afectos», eldiario.es, 8/12/18. https://www.eldiario.es/interferencias/fascismo-afectos-vox_6_843475663.html

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Propuestas complementarias

Quiero la implantación de la renta básica. Principalmente porque creo en el derecho a la subsistencia en una sociedad donde se genera, de sobra, los recursos para que toda la gente pueda satisfacer sus necesidades sin venderse como mercancía.
Y además, porque creo, quiero y trabajo por otro sistema socioeconómico vertebrado a partir del fomento de la economía social transformadora como modelo que promueve nuevas formas cooperativas de consumir, producir, gestionar y relacionarse. Y para ello dejar de ser una mercancía para la obtención de un salario es esencial.
No hay nada que desincentive más el trabajo (asalariado y no asalariado) que la desigualdad, la acumulación de riquezas en manos de la gente que, desde generaciones y generaciones, herencias y más herencias, han evitado trabajar y han vivido del esfuerzo y explotación de otra gente. Precisamente la misma gente que impulsa las campañas contra lo público y los impuestos (en especial de los impuestos directos, los que hacen que paguen más quienes más tienen); los grupos que aseguran que la gente desempleada se lo merece por floja; quien dice que la Renta Básica crearía vagos (las herencias generan gentes tan trabajadoras como las clases terratenientes y aristocráticas andaluzas, ¿verdad?). Se cree el ladrón que todos son de su misma condición.
Pues sí, renta básica para una economía social transformadora. Herramientas complementarias.

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La econonomía social transformadora para la clase trabajadora

Este documento refleja por escrito la mayor parte de las ideas esbozadas en la intervención realizada por Óscar García Jurado en Gasteiz, el 22 junio 2018, en el seminario organizado por Manu Robles-Arangiz Institutua Fundazioa con el título de “Economía social y solidaria y soberanía(s)”.

Conceptos básicos: economía, economía social y trabajo

La pérdida de soberanía comienza con la pérdida del control de los conceptos, del significado de las palabras. Por tanto, para hablar sobre “la economía social transformadora para la clase trabajadora” nos parece del todo punto relevante aproximarnos a saber qué se entiende por economía, economía social y por trabajo.

Las definiciones convencionales de economía la definen, de forma general, como la ciencia que estudia el mejor modo de satisfacer necesidades con recursos escasos susceptibles de usos alternativos. Sin embargo, a lo que actualmente se denomina economía (sin adjetivos) tiene por objetivo la acumulación de capital, se centra en el beneficio, en el lucro. La economía social, en contraste con esta economía capitalista, podemos entenderla como el conjunto de iniciativas socioeconómicas, formales o informales, individuales o colectivas, que sí priorizan la satisfacción de las necesidades de las personas por encima del lucro.

Respecto al trabajo, el capitalismo lo ha reducido al empleo o trabajo asalariado. Este sistema ha tenido como base la idea de que sólo hay un tipo de trabajo “productivo”, el trabajo asalariado, aquél que sirve de modo directo para la acumulación de capital. Precisamente el tipo de trabajo que ha convertido a las personas en subordinadas de unas minorías propietarias del capital. Sin embargo, es preciso dejar de confundir trabajo con empleo. Una definición más amplia y sólida es aquella según la cual trabajo es la “ejecución de tareas que suponen un esfuerzo mental y físico, y que tienen como objetivo generar bienes y servicios para atender las necesidades humanas.” En palabras de David Harvey, “el trabajo es la actividad económica que acompaña a la propia vida.” Por tanto, lo que en capitalismo se denomina trabajo no es más que un tipo de trabajo, el trabajo asalariado, empleo y remunerado por cuenta ajena. Otros tipos de trabajos son los de cuidados, reproducción, voluntario o el autoempleo colectivo, el propio de la economía social o emprendimiento colectivo.

Mecanismos capitalistas para la subordinación

La economía capitalista, ayudada por elementos como la asimilación de trabajo con el trabajo asalariado, la propiedad privada y la supremacía del valor de cambio y el mercado, ha logrado que su agente hegemónico, el capital, tenga la capacidad de otorgar el derecho a la existencia. En capitalismo, la soberanía y la autonomía del capital impiden la soberanía y la autonomía de las personas, colectivos u otros agentes.

Con la llegada del capitalismo, los bienes comunes y los medios de producción se convirtieron en propiedad privada. La Naturaleza, la tierra, pasó a ser una mercancía. Nadie podía utilizar estos bienes salvo sus propietarios. Los bienes del común pasaron a ser de unas minorías que excluyeron a las mayorías de su uso y disfrute. Desde ese momento, los propietarios pasaron a necesitar cada más un mayor número de personas dispuestas a trabajar para ellos, así como los no propietarios pasaron a necesitar un salario ante la imposibilidad de ganarse la vida de forma autónoma. El trabajo pasa a ser trabajo asalariado o empleo, las personas pasan a ser fuerza de trabajo. Las personas no digirieron sin problemas la disciplina, el control o la dependencia que les supuso convertirse en mano de obra. Miles y miles de personas fueron asesinadas en los países europeos y en las colonias, así como un enorme número de mujeres fueron violadas y asesinadas en la “caza de brujas” necesaria para imponer la disciplina del trabajo asalariado[1].

Los ingresos de las personas y su capacidad de satisfacer sus necesidades pasaron a depender del mercado, del valor de cambio de los bienes y servicios que se producen. La producción tiene por objetivo maximizar los beneficios, acumular capital, nunca tienen como prioridad la satisfacción de las necesidades de las personas. No se produce, por tanto, para que la gente pueda consumir, sino que poco a poco se pasa a crear consumo, deseos, para que se pueda producir con beneficios.

En una economía y sociedad como en la que vivimos, cuyo objetivo esencial es la acumulación de capital, es muy dificultoso, cuando no directamente imposible, la autonomía/soberanía de las personas, comunidades u otros agentes que no sean el capital. Su origen y desarrollo es la historia de cómo el capital ha logrado su soberanía a costa de las personas, de las mujeres, de la clase trabajadora, de pueblos y comunidades enteras. Por tanto, en capitalismo, las personas y los territorios dependen del capital para poder subsistir. Para aspirar a la soberanía económica es preciso transformar el sistema socioeconómico por el que nos regimos. En capitalismo, otro mundo es imposible.

La economía social transformadora como instrumento para la emancipación

Frente a esta economía capitalista surge la economía social. Ahora bien, dentro de este conjunto de iniciativas existe una gran diversidad. A muy grandes rasgos, se puede dividir las distintas prácticas de la Economía social en dos grandes tipos. Por un lado, una economía social adaptativa o de mercado, “compuesto por empresas o iniciativas mercantiles que atienden a lógicas del capitalismo pero que intervienen desde una democratización (reducida) de la gestión de la organización empresarial”[2]. Por otro lado, estaría la Economía social que desde diversos ámbitos se está comenzando a denominar “transformadora” y que engloba al conjunto de iniciativas que pretenden caminar hacia un sistema socioeconómico alternativo; que se dirigen hacia una Economía del “trabajo emancipado”; que impulsa el control colectivo del excedente; que impulsa un consumo crítico, unas finanzas éticas y una distribución justa. En definitiva, unas prácticas coherentes con la creación de otra economía no capitalista o poscapitalista en las que se avanza en alternativas emancipadoras del concepto de trabajo, valor, propiedad y consumo.

Los mercados para el trabajo, la tierra y el dinero son esenciales para el funcionamiento del capitalismo. Ahora bien, ni el traba­jo, ni la tierra, ni el dinero son mercancías. El trabajo es la actividad eco­nómica que acompaña a la propia vida, la cual, por su parte, no ha sido pro­ducida en función de la venta, y esta actividad tampoco puede ser desgajada del resto de la vida, ni puede ser almacenada o puesta en circulación. Sin embargo, para el capitalismo fue trascendental la mer­cantilización, monetización y privatización de la fuerza de trabajo. El capital únicamente puede reproducirse sistemáticamente mediante la mercantilización de la fuerza de trabajo (lo que incluye el trabajo reproductivo y de cuidados). Esto implica convertir el trabajo social, es decir, el trabajo realizado  para otras personas, en trabajo social alienado, esto es, trabajo dedicado únicamente a la producción y reproducción del capital. Las personas con un trabajo asalariado que­dan en una situación en la que no pueden hacer otra cosa que reproducir mediante su trabajo las condiciones de su propia dominación. Eso es lo que significa para ellos la libertad bajo el dominio del capital.

Frente a esto, mediante el “trabajo libre asociado” se pretende des-alienar el trabajo y que las personas puedan determinar su propio proceso de trabajo. La economía social transformadora debe contribuir a eliminar la explotación de unas personas por otras y al establecimiento de la cooperación en un proceso común. En resumen, del trabajo asalariado como pilar del sistema capitalista, hay que avanzar hacia un régimen de producción comunitario; de una economía donde el trabajo es considerado como mercancía y las personas son recursos humanos, hay que avanzar hacia una economía del “trabajo emancipado”, donde las personas dejen de ser inputs, factores productivos, recursos humanos.

La búsqueda de otro trabajo no asalariado está completamente relacionada con la eliminación de la propiedad privada de los bienes comunes, medios de producción y/o de vida en los que se sustenta la condiciones materiales de la gente. Por tanto, la transformación social requiere optar por otras formas de gestión y propiedad de estos bienes o medios distinta a la propiedad privada.

Lo más importante de un sistema de producción alternativo es que permita a las personas controlar sus vidas, y esto es imposible con un sistema de propiedad privada. Por tanto, una unidad económica de producción de bienes y servicios transformadora debe basarse en la propiedad colectiva de los medios de producción y los bienes producidos. El reparto como principio frente a la acumulación debe extenderse hacia la gestión de los bienes o medios de producción, la toma de decisiones, los excedentes, las responsabilidades, etc. En definitiva, la Economía social transformadora debe propiciar un nuevo sistema productivo comunitario que busque alternativas a la propiedad privada, base esencial del capitalismo como sistema de explotación de unas personas por otras.

En tercer lugar, se trata de producir bienes y servicios en función de, hasta donde sea posible, el valor de uso. El capitalismo tiene como base otorgar a los bienes y servicios el valor que marca la demanda solvente, es decir, lo que se está dispuesto a pagar en el mercado. Se atiende por tanto al valor de cambio y no al valor de uso. Si alguien no tiene poder de compra, es decir dinero, no podrá satisfacer sus necesidades.

El valor de uso es la aptitud que posee un bien o servicio para satisfacer una necesidad. En este sentido, el valor de los bienes y servicios no estará en función del precio que se está dispuesto a pagar y de los beneficios monetarios que se pueden obtener, sino de la capacidad o aptitud que tiene el bien o servicio para satisfacer una necesidad.

Se trata, posiblemente, del eje o elemento más difícil de alcanzar por las actuales entidades o unidades productivas pues el contexto en el que se mueven no les permite tener un grado de autonomía demasiado amplio. Este grado de autonomía, soberanía o margen de maniobra dependerá, en muchos casos, del nivel de competencia (que no competitividad) con la que la entidad produce sus bienes y/o servicios.

En definitiva, y para terminar, con estas reflexiones se ha intentado contribuir al debate sobre cómo avanzar hacia una economía social transformadora, hacia la construcción de un conjunto hegemónico de prácticas socioeconómicas que sí tienen por objetivo la satisfacción de las necesidades materiales de la gente, que su finalidad máxima es mantener y enriquecer la vida, y a que aspira a generar grados de autonomía o soberanía a las personas y comunidades. Un debate imprescindible si no se quiere formar parte de modo acrítico e incluso legitimar la actual fase del sistema capitalista, así como avanzar en alternativas hacia una vida mejor. Porque, como dice la sabiduría popular andaluza reflejada en las coplas flamencas, “no merece compasión/ quien siendo esclavo/ no quiere buscarle la solución.”

 

Principal bibliografía consultada   

Calle Collado, A. y Casadevente J.L (2015): “Economías sociales y economías para los Bienes Comunes”. Otra Economía, vol. 9, n. 16, enero-junio 2015. Páginas 44-68.

Federici, S. (2004): “Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria”. Ed Traficantes de Sueños.

Harvey, D. (2014): “Diecisiete contradicciones y el fin del capitalismo.”. Ed. Traficantes de sueños.

Lebowitz, M. A. (2005): “Más allá de El Capital. La economía política de la clase obrera en Marx”. Ed Akal.

Polanyi, K. (2007): “La gran transformación. Crítica al liberalismo económico”. Reedición, únicamente en formato PDF: Quipu editorial.

Razeto, L. (1994): Fundamentos de una Teoría Económica Comprensiva. Santiago de Chile. PET.

 

[1] Federici, S. (2004): Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria. Ed Traficantes de Sueños.

[2] Calle Collado, A. y Casadevente J.L (2015): “Economías sociales y economías para los Bienes Comunes”. Otra Economía, vol. 9, n. 16, enero-junio 2015. Páginas 44-68.

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Unas jornadas de desarrollo local neoliberal

Para este mes de febrero, en un pueblo de la campiña sevillana, gobernado por un partido de izquierda, se ha programado una jornada denominada “Emprendimiento y empresa”. Analizar la configuración y los ponentes nos da una idea de los contenidos y objetivos de las estrategias de desarrollo local neoliberal que desde hace décadas se vienen aplicando en las localidades de Andalucía (y de otros muchos territorios). Estrategias y políticas avaladas por la Unión Europea y que nunca han sido evaluadas; en ningún caso se conocen los impactos que han tenido en los territorios aplicados, en especial en la generación de empleo, cohesión social y desarrollo integral que dicen perseguir.

La Jornada comienza con la inauguración del alcalde. Lógicamente, estas estrategias siempre son avaladas e impulsadas por la administración pública (en los diversos niveles, desde lo local a lo comunitario). Cada vez es más evidente que el neoliberalismo (territorial) no persigue renunciar a las ayudas públicas sino todo lo contrario. El neoliberalismo supone un nuevo modo de intervención pública, no una estrategia de desregulación y no intervención del Estado en la economía.

Tras la intervención institucional, tendrá lugar una conferencia que se presenta con el siguiente título: “Tu proyecto eres tú. Activa tu mejor versión”. La persona encargada se presenta como “CEO en ModoOn,  Coach especializado en bienestar organizacional.” Una de las líneas esenciales del desarrollo local neoliberal es la “culpabilización de la víctima”. Sí, la persona desempleada de un pueblo con altas tasas de desempleo tiene una enorme responsabilidad en su situación. Por ello debe actuar a nivel personal como si se tratara de un proyecto empresarial en sí mismo. Debe “activarse”, pues su situación en gran medida se debe a su cierta “pasividad” y no aprovechamiento de sus cualidades, a su falta de capacidad de “ponerse en valor”. El sistema económico actual (en muy pocas ocasiones se habla de capitalismo) ofrece múltiples oportunidades para quien sabe aprovecharlas. La situación económica personal, por tanto, depende de la persona, no del contexto. El desempleo termina siendo un problema individual que necesita de un “coach”, y no un problema social propio del sistema socioeconómico en el que vivimos.

Tras la conferencia del coach, tendrá lugar la intervención de un «empresario de éxito». Otro elemento fundamental del neoliberalismo territorial es volver a situar al empresario como el héroe social. La empresarialización consiste en valorar de forma positiva cualquier tipo de empresario, emprendedor, pues en la ideología neoliberal son las empresas, los empresarios, el capital privado quien genera la riqueza. De este modo preparan el contexto para implementar todo tipo de políticas, ayudas y subvenciones para el capital. Las políticas de intervención pública, por tanto, se encaminan al apoyo de las empresas y apenas existe crítica o evaluación de las ayudas recibidas por el capital en las últimas décadas de implementación de desarrollo local neoliberal.

Tras un descanso denominado “Coffee Break and Network”, tomar un café y tostada con aceite comienza a parecer cateto, aunque el aprovechamiento endógeno más relevante de la localidad es el aceite de oliva, tendrá lugar un “Taller formativo” denominado “La publicidad en Google. Cómo conseguir rentabilidad.” En estos días en los que se comienza a tener análisis claros y críticos sobre el capitalismo de plataformas o vigilancia, la monopolización de los datos que las grandes empresas digitales están llevando a cabo, estas jornadas impulsadas por la administración pública tratan de impulsar y favorecer el uso de una de estas grandes “succionadoras de datos” que posteriormente no dudan en vender para cualquier tipo de actividades más o menos espurias.

Las jornadas terminan con otro caso de éxito empresarial y un “Almuerzo-Networking”. Se tratan de una jornadas ejemplares de desarrollo local neoliberal, esa política económica local que apenas ha sido valorada, criticada y mucho menos evaluada. Tanto que tras décadas de implantación en las localidades de Andalucía, continuamos con ratios de desempleo, emigración y pobreza de enorme envergadura. Es evidente para quien lo quiera analizar que estas políticas no están para eso. Su objetivo es mejorar la rentabilidad del capital aprovechando los recursos endógenos del territorio, poniendo a su servicio las agencias públicas y convirtiendo de nuevo al empresario individual (emprendedor) en alguien al que merece la pena dar subvenciones. Desde ese punto de vista, la evaluación es positiva, tanto, que estas jornadas ya son las cuartas, y cada año son “un éxito”.

Fuente: http://pueblacazalla.org/desarrollo/jornadasdeempresas/?fbclid=IwAR3VmusYEbeVx0NPKkWNh5F14rWHErTb6X94sv75o6661Lafn8CH80uePqE