La economía capitalista se aproxima a una nueva crisis. La explotación y el robo aumentarán.
El Estado, la política económica, los parlamentos, los bancos centrales servirán como herramientas del poder para aumentar sus beneficios y nuestras pérdidas.
Volveremos a oir eso de salarios poco competitivos, pensiones insostenibles, necesidad de reformas, modernización de…
Ante la situación que se avecina habrá que elegir: silencio o sedición, complicidad o autogestión.
Fuera de las instituciones está la realidad, la vida, y es ahí donde trabajamos, re-producimos, satisfacemos nuestras necesidades, prestamos ayuda a otras, ahorramos e invertimos esfuerzos, reformamos nuestras conductas, adquirimos compromisos o, incluso, queremos transformaciones económicas (baratas) de nuestras conciencias.
La economía está fuera de los parlamentos, palacios e instituciones. A por ella, a por la autogestión sediciosa.
Sin ella, ningún Estado (de ánimo o de cualquier otro tipo) trabajará a nuestro favor.