Leo a Daniel Bernabé en La Marea («Fin de fiesta: movimientos de fondo en la izquierda poscrisis»): «Tenemos que elegir ser arrastrados por la tiranía de la actualidad o tiranizar la actualidad con los problemas que afectan a la vida cotidiana de las personas y que surgen de un único frente: la conversión de nuestro país en periferia económica de una Unión Europea al servicio de las élites económicas.»
Qué país. Desde Madrid no hay duda. Desde Morón de la Frontera sí. Aquí llevamos siendo periferia mucho tiempo. De Sevilla, de Madrid, de Bruselas, de todo el mundo.
Continúa el articulista madrileño (con el que comparto muchos de sus análisis): «El debate no debería ser entre diversidad y homogeneización, sino entre igualdad y polarización social.» Muy de acuerdo, tanto que por aquí abajo llevamos siglos sufriendo la polarización social que ahora llega a esos centros españoles reconvertidos en periferias europeas.
Bernabé termina su interesante artículo citando a Bertold Brecht: “Entonces, ¿de qué sirve decir la verdad sobre el fascismo que se condena si no se dice nada contra el capitalismo que lo origina? Una verdad de este género no reporta ninguna utilidad práctica. Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse contra la barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo.”
Es hora de elaborar alternativas reales al capitalismo. Y para ello es preciso tener en cuenta la «diversidad» de capitalismos existentes (como dice Carlos Arenas). No se ven las cosas igual desde Madrid que desde Morón, desde Sants que desde Errenteria.
Un objetivo, crear alternativas al capitalismo. Muchas estrategias, tantas como realidades diversas que lo sufrimos. Es preciso hablar de soberanías y desvincularla de aquella ejercida desde una corte. Ya es hora de hacer soberanas a las personas, las comunidades, los pueblos. Y para ello es precisa la soberanía económica buscada por las economías transformadoras.
Hace tiempo que no me convencen los pensamientos ni las visiones únicas, aunque provengan de un centralismo «amigo».
Fuente: https://www.lamarea.com/2018/09/19/fin-de-fiesta/