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La economía política de la clase obrera (leyendo a Lebowitz)

«La asociación del trabajo es la fuente de la productividad social y la separación de los trabajadores es la condición para su explotación», escribe M.A. Lebowitz en «Más allá de El capital».
Esa separación la provoca el capitalista que de este modo captura los frutos de la cooperación en la producción.
Por eso Marx, a diferencia de muchos que se autoproclaman marxistas, entendió el surgimiento del movimiento cooperativo como un completo triunfo de la economía política del trabajo sobre la economía política de la propiedad, especialmente de las fábricas cooperativas (nunca confundir con cooperativas de propietarios agrícolas u otros usos del cooperativismo perpetrados por la clase dominante).
Las cooperativas demostraban en la práctica que la producción moderna a gran escala «puede prescindir de la clase de los patronos que utiliza la clase de las ‘manos'».
Es un error continuar practicando únicamente una política laboral de defensa y no pasar al ataque. No son necesarios mediadores para que las personas podamos utilizar los medios de producción para generar valores de uso que sirvan para satisfacer las necesidades humanas.
Es cierto que hay muchos impedimentos para dar estos pasos. Sin embargo, avanzaríamos mucho si la propia clase trabajadora y sus representantes fueran capaces de entender que es posible la creación de empleo y riqueza sin la mediación del empresario.

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