«La gran transformación» social que dio lugar al actual sistema socioeconómico en el que vivimos se caracterizó por la conversión en mercancías de las personas y la naturaleza. Sí, la gente debía vender su fuerza de trabajo para poder sobrevivir; la tierra, la naturaleza, pasó a ser propiedad privada de alguien. La vida pasó a ser mercancía. El mercado de trabajo y el mercado de tierra pasaron a marcar nuestro futuro. Una pocas personas se apropiaron de la naturaleza y del poder de marcar nuestras vidas.
Quizás la gran transformación de hoy es desmercantilizar la vida. Ni la gente ni la naturaleza somos mercancías.
Las propuestas del cooperativismo o economía social transformadora y los comunales o bienes comunes consisten esencialmente en eso. Ni las personas ni la naturaleza son comprables, apropiables, mercantilizables.
Una mercancía pasa a ser una cosa; que se compra y se vende. El capitalismo ha convertido vida en cosa. Transformar hoy día puede que sea que esas cosas vuelvan a ser consideradas vidas.
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