Categorías
Sin categoría

Fe y/o cinismo

Hoy día, en estas horas, cientos de estudiantes se empapan de ideas impulsoras de injusticia, pobreza y hambre. Estudian una licenciatura de Economía, Administración de Empresas, Derecho, etc. En todas ellas tienen una o más asignaturas vinculadas a la macroeconomía.
Tal como dice alguien nada sospechoso, Paul Romer, economista jefe del Banco Mundial: «los modelos macroeconómicos actuales emplean hipótesis increíbles para llegar a conclusiones desconcertantes.» Yo ajustaría un poco más (no tengo un cargo tan bien pagado): las hipótesis increíbles sirven para llegar a conclusiones desconcertantes para las mayorías y muy útiles para una pequeña minoría. Esa minoría es la que impulsa que esas teorías sigan siendo monolíticas, inamovibles, nos susceptibles de ser criticadas.
Romer pregunta: «¿les gustaría que a su hijo lo tratara un médico que favoreciera a un amigo partidario de las antivacunas y a su otro amigo homeópata, antes que a la ciencia médica? Si no es así, ¿por qué debería esperar que la gente que busca respuestas siga prestando atención a los economistas cuando se den cuenta de que estamos más preocupados por nuestros amigos que por los hechos?»
Las facultades y departamentos de disciplinas vinculadas a la economía están llenas de creyentes glotones que asumen una Fe más peligrosa que la homeopatía. Mucho más. Y cuando falta la fe no lo hace el cinismo. Demasiada poca gente en estos lugares busca respuestas económicas satisfactorias para las mayorías.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *