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Renta Básica

En este país hay riqueza para rescatar a la banca con miles de millones.
Para que esa banca logre miles de millones anuales de beneficios.
Para que el pobre Florentino Pérez no pierda dinero con instalaciones ilegales de perforaciones de gas.
En este país hay riqueza para el atraco energético; donde más horas de luz solar hay de Europa debe llover para que baje el precio de la electricidad.
En este país, sin embargo, no hay riqueza suficiente para que no exista hambre; para que las clases populares y trabajadoras ganen en autonomía (sean más libres); para que no dependan de los «amos» de este siglo XXI.
Hay riqueza, de sobra. Pero también hay lo que siempre ha habido y parece que no queremos ver: el poder de poder hacer pasar al prójimo hambre y miseria. Esta cualidad es esencial para que el capital obtenga beneficios.
La conservación de esta capacidad imposibilita que este poder consienta que por nacer tengas derecho a vivir; que no debas convertirte en mercancía del mercado de trabajo y mendigar un empleo si quieres subsistir.
Para dejar de ser mercancías hay que impugnar el poder. Para ser personas, no recursos humanos, habrá que luchar y ganar al poder/capital. No es una cuestión estrictamente económica, sino más bien Política, de control de las vidas ajenas, de Poder. La historia nos muestra que ese tipo de cambios y logros casi nunca se hacen «por las buenas».

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