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Austeridad hasta hartarnos

Donde vivo, entre familias jornaleras y pequeño-propietarias de tierra, una persona austera estaba mejor dotada para vivir, para subsistir, para ser feliz. No necesitar era sinónimo de mayor grado de autonomía, de libertad.
Hoy, la austeridad es una herramienta en manos del poder para negar la subsistencia de, entre otras muchas, las personas de mi territorio. Malditos sean los que hacen suyo nuestros valores, nuestros principios y los convierten en armas contra el pueblo.
Yo lucho por ser austero y contra la austeridad. Eso no es contradictorio si sabemos de lo que hablamos (uno de nuestros grandes problemas hoy día).
No necesitar es más que nunca anticapitalista, del mismo modo que explicar y actuar contra las políticas económicas que quieren privatizar y mercantilizar todo lo que sea rentable para el capital.
La austeridad, otro claro ejemplo de su poder y nuestra debilidad. Incluso en palabras y conceptos tan nuestros, incluso en valores tan dignos y útiles.
Seamos austeros en todo, menos en reapropiarnos de nuestros valores. De eso sí que hay que consumir; de eso sí que debemos hartarnos.

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