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Objetivos comunes, razones distintas

Hace ya más de diez años saltó la noticia en mi pueblo: iban a construir un cárcel. En pocos días nos juntamos en una plataforma contra su construcción. No todos teníamos las mismas razones. Algunos nos posicionamos en contra por estar en desacuerdo con el sistema penitenciario y de represión del Estado. Otros simplemente porque «no querían violadores o etarras cerca de sus casas». Despreciaba a esa gente que, aunque compartía opinión sobre la instalación de la cárcel, lo hacía por razones en muchos casos fascistas.
Eso mismo me ocurre hoy con los que nos posicionamos en contra de la actual Unión Europea. Coincido con fascistas pero también con la decisión de los trabajadores ingleses que han votado como lo han hecho para hundir a la Unión Europea en un acto de desesperación que sigue a la violencia del ataque financiero que hace años empobrece a las clases obreras de todo el continente. Con o sin fascistas, estoy en contra de la Unión Europea y de las cárceles. Ambas no son más que herramientas represoras de las clases populares y trabajadoras al servicio de las élites.
O como dice Franco Berardi «Bifo»: «El problema no está en las razones, el problema está en las consecuencias. La UE hace tiempo que no existe, al menos desde julio de 2015, cuando Syriza fue humillada y el pueblo griego fue definitivamente sometido. La UE es una trampa financiera desde Maastricht. Ahora creo que debemos decirlo sin eufemismos: el futuro de Europa es la guerra. Su presente es la guerra contra los migrantes que ya ha costado decenas de miles de muertos y una cantidad incalculable de violencia. Quizás suene un poco antiguo, pero al menos para mí sigue siendo cierto que el capitalismo trae la guerra como la nube trae la tempestad. En conclusión, no llevo luto porque los ingleses se van. Llevé luto cuando los griegos han sido obligados a permanecer bajo las condiciones que se le han impuesto (¿y ahora qué será de ellos?). Cien años después de Octubre, creo que nuestra tarea es preguntarnos ¿qué quiere decir Octubre en la era de Internet, del trabajo cognitivo y precario? El precipicio que tenemos por delante es el lugar en el que tenemos que pensar en esto.»

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