Un colectivo de personas militantes de Cataluña ha publicado un interesante trabajo sobre las soberanías (https://www.verkami.com/…/17108-sobiranies-una-proposta-con…).
En el mismo se dice: «La socialdemocracia ha muerto, fagocitado por la lógica implacable del neoliberalismo. El capitalismo actual no tolera ninguna redistribución, porque necesita hasta el último euro para asegurar sus funciones de inversión, malogradas por la crisis financiera y de sobreacumulación.»
Para corroborar lo anterior aporta datos el informe «Premiar el trabajo, no la riqueza», de Intermón. A continuación algunos: el 10% de los más ricos aglutina más riqueza que el 90% restante (en concreto, un 53,8%); los millonarios han logrado reunir 29 de cada 100 euros de la recuperación, y sólo 8 euros han ido a parar a los que menos tienen; entre 2016 y 2017, el 1% más rico capturó el 40% de toda la riqueza creada, y fueron cuatro los nuevos multimillonarios españoles que entraron a formar parte de la lista Forbes, donde figuran ya 25; la participación en la renta total española de los más desfavorecidos ha disminuido un 17%, frente al 5% que han conseguido incrementar los que más tienen (cifra que se eleva al 9% en el caso del 1% más rico).
Alternativa Rivera (para primos)
Reflexiona Esteban Ordóñez sobre la fuerza que está tomando Rivera, Albert, como alternativa para las élites capitalistas europeas:
«Rivera da mucho más el perfil para el mundo de Davos y del Bilderberg que Rajoy. Como algunos líderes de la socialdemocracia reciente, combina el programa económico liberal con aspectos culturales de la izquierda (es agnóstico, separado, proaborto) y constituye una suerte de ‘tercera vía’ traída ahora desde la derecha. Pretende seguir avanzando en un programa que gusta a las élites globales, tiene el perfil joven, no contaminado. De modo que cuenta con bastantes papeletas.
(…) lo que nos espera si llega Rivera al poder es lo de últimamente: más políticas liberales, más impulso a las reformas en esa dirección, un Estado de bienestar más débil, más concentración empresarial y más peso de la financiarización. En definitiva, más derecha. Rivera no es otra cosa que una parte de esa renovación que se está realizando en el mundo político, también impulsada por las élites.»
Y a todo esto las fuerzas de transformación real paralizadas; sin capacidad de unión entre los diferentes modos de ver las identidades hispanas; sin entender la necesidad del municipalismo transformador, del modo de hacer político de abajo-arriba; sin capacidad de respetar diferentes opiniones y la diversidad propia de la izquierda; sin ideas capaces de avanzar en una alternativa al capitalismo, a la globalización financiera, a la democracia autoritaria actual.
La alternativa de las élites será transfigurada, convertida (ya lo está siendo) en la alternativa para las mayorías. Otro Rivera que servirá para engañar a «primos».
Ganarse la vida
Hablan de un hombre jubilado. Ha ganado mucho dinero, no se sabe ni cómo ni en qué. No obstante, el locutor indica que «se ha ganado bien la vida».
Una expresión aparentemente «neutra».
Una mujer jornalera, que ha criado seis hijos, y que incluso trabajó largos períodos en fábricas de aceitunas, apenas le queda algún dinero de jubilación.
El lenguaje «neutro» dirá que se ha ganado mal la vida. O no lo dice pero lo sugiere.
La relevancia de los instrumentos «neutros» del poder es enorme. Decir quién se gana bien o mal la vida no es poco.
Todo depende de la cantidad de riqueza acumulada. Y siempre, si esa cantidad es grande, habrá modo de legitimarla; incluso aunque para lograrla «el que se ha ganado bien la vida» haya explotado, robado o humillado a la que lo ha hecho «mal».
Época de comparsas
Vivimos una época más propensa a la comparsa que a la chirigota.
Más propensa al sentir que al reír.
Cantar en esta época, más que en otras, es de-cantar. Es más difícil ser neutro. Te decantas si cantas para Ciudadanos.
Al final se es algún tipo de perro. Yo me decanto por ser perro andaluz.
La calle, no obstante, marcará con mucha más inteligencia la no-frontera entre el sentir y el reír. Reiremos sintiendo o sentiremos riendo. Por eso, hoy, como siempre, la verdad del Carnaval no es un espectáculo de teatro.
Comparto un documental en el que se refleja la situación de las familias de las personas presas vascas alejadas de su tierra.
Este Estado no imparte justicia sino venganza.
No sé hasta cuándo se va a mirar a otro lado respecto a lo que están haciendo con las personas presas vascas.
La utilización de Andalucía como tierra de tortura y destierro me indigna y me repugna.
Niños, niñas, familiares están siendo víctimas del modo de entender el sometimiento y la imposición del sufrimiento y la venganza del Estado español.
Eso sí, nunca ganarán, nunca someterán a un pueblo que lucha.
¿Saqueo?
«Es el mercado, amigos». Rodrigo Rato tiene razón. El autor del «milagro económico español» está en lo cierto.
El mercado en capitalismo es eso: robo de minorías privilegiadas a mayorías subordinadas.
Y todo de forma anónima, sin responsables. 60 mil millones de euros se han llevado gentes que no son Rato. Gente que negocia hoy día con políticos y partidos del Régimen los siguientes golpes, las siguientes elecciones, los próximos desfalcos, si Ciudadanos debe subir o no.
A día de hoy estamos como el que se cae «de un guindo».
Eso es la democracia de mercado amigas y amigos.
Dice Luis Razeto, teórico chileno de la economía solidaria: «no puede posponerse el énfasis en la esfera económica cuando de realizar grandes transformaciones sociales se trata.»
Y sin embargo apenas encuentro alternativas económicas sólidas en las alternativas políticas. Me llama mucho la atención en las organizaciones estatales, en las que han tenido recursos para generar aparatos de cierta dimensión de gestión y pensamiento. Aunque hay casos y casos, la economía es tomada como una cuestión de difícil abordaje. En muchos casos, la posición es del que se siente derrotado antes de la pelea (si no pudo Varoufakis…). Pero además, no hay un cuestionamiento serio de la primacía de la política (institucional) y el convencimiento del carácter determinante o central de la economía en la acción transformadora.
Estoy convencido que como condición de la posibilidad de la transformación social es necesario postular, ante todo, que las dinámicas de la economía no sean independientes de la voluntad de las personas sino que éstas las pueden cambiar mediante sus propias opciones, acciones y organizaciones. Además, creo firmemente en que es posible construir una economía no capitalista basada en relaciones y valores de justicia y solidaridad. Hay alternativas más eficientes que las capitalistas pues pueden proporcionar mejores satisfacciones de las necesidades de las personas (Som Energia mejor que Endesa; Coop57 mejor que BBVA; etc.).
He apoyado, apoyo y apoyaré la toma del poder institucional. Eso sí, creo que debemos impulsar de forma rotunda la toma del poder económico. La toma del poder institucional debe ser una herramienta para poner en marcha otra política económica poscapitalista (o, al menos intentarlo, o, al menos, pensarlo e iniciar procesos de construcción,más allá del papel a rellenar en los correspondientes programas electorales). La herramienta de política institucional debe ser parte de un movimiento socioeconómico amplio de transformación en el que lo económico es trascendental.
Es la economía, es el poder económico lo que mejorará nuestra sociedad, o, como hace ahora, el que continuará llevándonos a la precariedad, la lucha entre iguales y el mal vivir.
Sociedad cadáver
La industria de pornografía social madrileña tiene regalo de Navidad. Aparece el cuerpo de la desaparecida más mediática. Tele 5, Antena 3, lo peor del sector audiovisual del sur de Europa, se frota las manos. No sólo se realizarán informativos, lo que sería normal; emitirán horas y horas de programas de «entretenimiento». Y todo eso ocurrirá sobre el dolor de una familia. Los beneficios empresariales pasarán por encima de todo, de la memoria de una persona, del dolor de una madre, de un padre.
Capitalismo en estado puro: los beneficios empresariales por encima de todo. Acumulación de capital sobre la aparición de un cadáver. En eso ha convertido el capitalismo a esta sociedad: un cadáver del que obtener ganancias.
Algunos párrafos de un magnífico artículo de Ekaitz Cancela.
– «Dos empresas (Google y Facebook) han acumulado la propiedad de nuestros datos y los emplean al mismo tiempo para vendernos anuncios como para atarnos al mercado de servicios que ellos están comenzando a monopolizar.»
– «La formación de nuestro pensamiento lleva décadas organizándose de forma tecnocrática mediante la financiación de laboratorios de ideas, proyectos de investigación en universidades, grandes proyectos periodísticos y un largo sinfín de relaciones a través de los que la ideología del mercado se distribuye para reflejar los intereses privados.»
– Hay que analizar «la economía política del capitalismo digital desde un punto de vista histórico, las lógicas culturales que sientan y sus planes económicos para renovar el poder global de Estados Unidos.»
– «Fue la conexión entre la privatización de la estructura social, su gestión por políticos tecnocráticos y la producción capitalista lo que puso en jaque la democracia en el mundo.
– No son pocos los autores (herederos de Bill Clinton) que evitan «reconocer que la pequeña burguesía, a la que nostálgicamente tratan de regresar, está siendo sustituida por un par de señores feudales.»
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/tecnologia/silicon-valley-problema-para-la-democracia-capitalismo-facebook-google
21 millones de contratos. Puestos de trabajo: 600.000. 36 contratos por cada nuevo puesto. Así es fácil obtener cifras de contratación de records.
Un contrato de trabajo no es un puesto de trabajo. Del mismo modo que trabajar es mucho más que tener un empleo (puesto de trabajo) y, claro, un contrato.
Demasiada desinformación, propaganda y mentiras que nos llevan a confundir trabajo con empleo, desempleo con paro o persona activa con persona trabajadora. Formas de desvalorizar el trabajo de cuidados, el voluntario, los trabajos que no tienen precio porque no son de compra y venta en el mercado laboral.
Seguimos siendo necios, confundiendo valor con precio.