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Morilla y Trump, lo global y lo local, lo vertical y lo horizontal

No tiene ningún paralelismo en las consecuencias, sí en las causas. Donald Trump y Manolo Morilla. Uno presidente de EE.UU., otro fue alcalde de Morón (2003-2011). Personas plagadas de escándalos, personalismo, y dinero, mucho dinero. Y religiosas, muy religiosas. Claro.
La gente que ha votado a Trump de la denominada «América profunda» lo hizo de forma muy similar a la que dio la alcaldía de Morón a Morilla; el objetivo electoral del granjero de Texas es muy similar al de la gente de mi pueblo que defiende a ultranza el empleo de la base militar (de la que a partir de enero Trump será jefe). La gente vota por el interés económico privado, y punto.
Y también porque han tenido éxito económico, da igual como. Y porque les prometen lo que haya que prometer. Dicen que Morón, que EE.UU. es lo primero. Llegan al poder más que por méritos suyos por deméritos de los demás, «demócratas» o «socialistas», o «demócratas socialistas». Los partidos «demócratas socialistas» son tan capitalistas como los otros. En este caso, la gente quiere capitalistas de verdad, que hayan hecho dinero.
Consecuencias.
Estos supuestos locos nunca van a hacer una locura contra ellos mismos, es decir, contra el mundo de los negocios. Quizás por eso ayer subió la bolsa y en mi pueblo aumentó la bolsa de los empresarios que no lo trataban como a un loco.
Hubo, en mi pueblo, otra consecuencia. El renacer de un movimiento social asambleario que provocó su caída. Una nueva forma de entender la izquierda donde no todo vale por crear empleo; para la que la forma de transformar se hace desde abajo, desde la asamblea y desde la cooperación. Nada que ver con los representantes andaluces (socialistas del poder o sindicalistas del idem) que ayer tan sólo pensaron en las personas que tienen un empleo en la Base de Morón. Aquí surgió otra izquierda que puso valores humanos, democráticos y sociales por delante del interés económico: la vida de la gente que muere por la Base al empleo que genera; la destrucción del medio natural (Sierra) al supuesto interés económico que tiene. Lo sagrado está aquí, en la Naturaleza y la gente, nunca en otros dioses.
Votar por el estricto interés económico propio, aunque cueste vidas humanas o la destrucción de nuestra riqueza natural colectiva, es la causa del surgimiento de estos Trumps-Morillas. Es la base del capitalismo y, en esta fase de ultracapitalismo, los representantes políticos más adaptados a este sistema bárbaro. Generales sin escrúpulos en época de crisis, mesías que lo hacen todo por su pueblo.
La alternativa en la que creo: movimientos asamblearios horizontales que generen un política y una economía cooperativa. En esas estábamos en los alrededores del 15M (unas antes, otros durante, otras después). Se hace necesaria la vuelta a esa alternativa, sin atajos verticales, sin posibilidades de mesías, sin creer en otra cosa que no sea en la inteligencia colectiva.

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