Participo en una cooperativa que es algo extraordinario. Se llama Coop57. Es una cooperativa financiera que rescata ahorro de la especulación para ponerla al servicio de una economía transformadora.
Ayer dio un paso más. Ayer se inició la construcción de un bloque de pisos que no pertenecerá a nadie en particular. Será de la comunidad. Su propietaria será una cooperativa de cesión de uso. Derecho a la vivienda sin caer en la trampa de la propiedad.
Y como dijo Ramón Pascual, un «banquero bueno»: «Farem tota l’operació de la coop La Borda al marge del sistema financer convencional.»
Se entiende el catalán, ¿verdad? Lo que es difícil entender es que sigamos colaborando con la banca convencional.
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