La economía debe tener como objetivo esencial asegurar la existencia humana. A día de hoy, hay riqueza de sobra para ello. Por tanto, todos los mecanismos que se pongan en marcha para lograrla deberían ser bienvenidos. La Renta Básica Incondicional es uno, ni el único ni quizás el mejor (prefiero reparto de los medios de producción que de la producción), pero sí una herramienta útil para lograr un mundo menos desigual, más humano. Lo demás es convertir a la gente en factores productivos, en recursos humanos (si son humanos, no son recursos, decía uno que no me acuerdo el nombre), en material de producción y consumo, ya sea desde una perspectiva liberal (neoliberal, la seguida por los partidos de centro derecha de los actuales regímenes democráticos de mercado) o keynesiana (neokeynesiana o de centro izquierda).
Leo, sin embargo, que Alberto Garzón opina que dar dinero por existir es un error. En esto coinciden unos y otros, liberales y keynesianos, neoliberales y neokeynesianos, derechas e izquierdas de los actuales sistemas políticos mayoritarios en el capitalismo global.
Para existir hay que tener un empleo, dice cualquier representante del PP y Alberto Garzón.
Para vivir hay que trabajar, de forma asalariada, dice cualquier representante de Ciudadanos y Alberto Garzón.
Para vivir te tienen que contratar, dice cualquier representante del PSOE y Alberto Garzón.
Algunos representantes de Podemos están de acuerdo con Alberto Garzón. Otros no. No tengo claro si para un partido político esto es bueno o malo. Para mí es lo segundo.
Confunden, Alberto y los que están con él en este tema, trabajo con empleo; ignoran o degradan el trabajo de cuidados; olvidan la situación de sobreproducción insostenible en la que vivimos en este planeta a día de hoy.
Ahí está Alberto Garzón. Está bien que lo haya dicho tan claro. Recibirá, seguro, los parabienes y el respeto de mucha gente a la que el capitalismo actual le va bien.
Felicidades Alberto, te has legitimado como economista (neokeynesiano) entre los que defienden esta sociedad capitalista, precisamente todo lo contrario a lo que debe aspirar un comunista, a lo que seguramente aspires en otro mundo.
Nada que celebrar los que necesitamos de este tipo de personas, y de otras muchas, para dar la vuelta a la actual realidad en la que vivimos. Qué le vamos a hacer. Seguiremos desoyendo las opiniones de estos economistas tan felicitados y televisados.
PD: por los mismos motivos extiendo mis felicitaciones (y los desoigo todo lo que puedo) a Eduardo Garzón y Juan Torres.
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