En el okupa de mi pueblo, en mi pueblo hay okupa, aprendimos a no repetir (demasiado) los argumentos. En un momento determinado se decía, suficientemente debatido, y a otro tema. Con o sin acuerdo. Un acuerdo por poco es una derrota por mucho.
En la sociedad actual Goebbels está asumido. Hay que repetir machaconamente una idea y así se hará cierta, y obtendrás la victoria, y se acabó.
Si lo dicen en la radio será verdad. Si hay tanta gente preocupada, porque lo han dicho muchas veces, habrá mucha gente a la que le han ocupado su casa alguien que no es la policía enviada por un banco (juez mediante).
Así hasta personas sin casa cree que le van a ocupar su (¿?) casa. Y no atiende a su derecho, y a la de las demás, a una vivienda digna (constitución mediante) y termina poniendo una pegatina de una empresa de (in)seguridad y otros acojones (aunque no tenga dinero para pagar casi ni la pegatina).
Y así, una persona sin apenas recursos habla del «derecho a elegir» colegio privado, tal como haría el mismísimo Milton Friedman (¡presente!). Sin embargo, el derecho realmente existente es a recibir educación pública y la forma de implementarlo cosiste, básicamente, en tener una plaza de colegio público. Ir a un colegio concertado es un privilegio, no un derecho. Pero, claro, con Friedman tan presente, el derecho es a elegir lo que genere beneficios económicos (terminaremos por exigir tener derecho a elegir hospital: muchos pedirán el de Navarra, Opus mediante).
Y así, las empresas de telefonía, energía, banca y demás privatizadas por peperos y socialistas (¿?) son las que más denuncias tienen pero se sigue afirmando que lo privado es eficiente (con sus dirigentes peperos y socialistas al frente, puerta giratoria mediante). Lo público no es eficiente, es ineficiente, lo dicen machaconamente informes pagados por las privadas privatizadas que reciben denuncias y pagan sueldos a expolíticos peperos y socialistas (¿?).
Igual hasta yo me estoy repitiendo. Hace mucho que no recibo enseñanzas en mi okupa.
En fin, termino: repite que algo queda. Esta es la máxima de una sociedad en la que priman los intereses a los derechos, la fuerza a los argumentos, la violencia a la razón. La repetición y la fuerza (Goebbels) como herramientas para establecer mecanismos socioeconómicos en favor de las minorías poderosas (Friedman).
Friedman, Goebbels, presentes!