Lo que está pasando en el sector del metal de la Bahía de Cádiz es muy importante.
La subcontratación ha sido una estrategia del capital para bajar costes, precarizar el empleo y aumentar sus beneficios: precarizar vidas para generar capital. No sólo en los astilleros gaditanos, es una estrategia generalizada en todas las ramas industriales e incluso en actividades primarias y terciarias.
A día de hoy, las personas que trabajan en las empresas subcontratadas de la Bahía han dicho basta. La respuesta de las que lo hacen en las empresas subcontratadoras, Navantia, puede ser de dos tipos principalmente: uno, apoyar a los trabajadores de fuera; dos, apoyar las estrategias de la empresa matriz. Lo primero posibilitará un futuro de unión y lucha por las mejoras laborales del conjunto. Lo segundo será privilegio para hoy, de cada vez menos gente, y precariedad y desempleo generalizado para mañana.