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Tagarninas (políticas)

Política de zasca

Estamos en un marco de juego en el que muy pocas personas controlan el mundo. El capital es la herramienta para que esas personas puedan seguir acumulando dinero, y por tanto poder y, al mismo tiempo, generando violencia, injusticia y muerte.

La gente que ejerce de tertuliana, intelectual o asesora juega en ese mismo marco. No busquen voces radicalmente críticas, frescas o diferentes. El juego no lo permite. El poder acumulado lo imposibilita.

Las organizaciones que desean, formal o realmente, ser transformadoras dedican la mayor parte de sus esfuerzos y recursos a jugar en ese marco de juego. Dedican las horas del día, casi todas, a las estrategias de ‘marketing’, a la espectacularización, a pensar y proponer mensajes publicitarios, «zascas» que aseguren una victoria en twitter. Apenas hay espacio para las ideas, la figura del «intelectual» es un apestado y llamar a alguien así ha pasado a ser casi una descalificación.

Así no hay manera. La política no es un conjunto de zascas, la transformación requiere pensamiento de fondo. En ese marco de juego el futuro nos llevará de zasca en zasca hasta la derrota final, al deshaucio final, a la explotación final, al expolio global.

Y mientras, pensadores, intelectuales y asesores proporcionan ideas en la oscuridad de los despachos del capital para continuar con el avance de capitalismo de barbarie. Sí, gente que cobra por pensar, de fondo, cómo hacer para que la violencia y la injusticia continúe avanzando.

Antes, oía, que la izquierda no tenía dinero pero sí tenía ideas. Valoraba el pensamiento, el intelecto y despreciaba aquello que tuviera su único valor en el número de billetes que tenía o podía suministrar.

Hasta eso parece haber cambiado. Y no para mejor.

Jugar al juego del adversario te lleva siempre a la derrota.

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