El objetivo del capitalismo es la acumulación de capital en manos de cada vez menos manos. Para ello explota a las personas según donde vive, su raza, su poder adquisitivo o género. La fragmentación es una estrategia esencial para el logro de su objetivo.
Por contra, el objetivo esencial del poscapitalismo debe ser, en mi opinión, el reparto. Es muy relevante tener claro ese objetivo común (u otro). A partir de ese momento de la asunción de un objetivo común, se podrá trabajar la unión desde la autonomía de las diversidades existentes. Y es que la diversidad de opresiones requiere de estrategias autónomas que cooperen desde la igualdad contra el poder opresor. El camino es la cooperación desde la autonomía, nunca desde la subordinación de unos grupos oprimidos sobre otros (que se convierten, de este modo, en doblemente oprimidos).
Diferenciemos objetivos de estrategias, asumamos objetivos comunes y estrategias diversas, y el debate sobre la clase servirá para unirnos frente al capital. Y asumamos que ninguna estrategia y lucha es superior a otra. En caso contrario el propio debate estará paradógicamente sirviendo para fragmentar aún más a los diversos grupos oprimidos.