La dependencia del capital y, por tanto, de sus instituciones (judiciales, representativas, fiscales,etc.) imposibilita la libertad o grado de autonomía que exigimos cada vez más gente. Hay que seguir trabajandose la Autonomía, la libertad. Y para ello es imprescindible una economía autogestionada autónoma del capital muy potente. En caso contrario seguiremos dependiendo de las derechas, unas más disfrazadas que otras.
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