Leo y oigo entre la gente que más me interesa de la relevancia de la autoorganización del abajo, de las clases obreras, de las personas explotadas. Estoy de acuerdo.
Esta idea surge al contraponer el sindicalismo necesario del que protagonizan los sindicatos del régimen; al contraponer las organizaciones políticas necesarias de las que sostienen el régimen; de las organizaciones sociales que desean transformar la sociedad de las que sirven para neutralizar elcambio hacia la mejora de la vida de las mayorías.
No oigo, con la misma intensidad, la necesaria autoorganización en la producción, en la distribución, en el consumo, en las finanzas. Apenas se impulsa la autoorganización económica. Otra cosa no es la economía social transformadora. Algo que apenas es visto como herramienta útil y necesaria para un verdadero cambio de régimen y sistema.
Gran error, incluso en las organizaciones políticas, sindicales y sociales que emiten discursos a favor de la autoorganización.
Autoorganicémonos en lo económico. Verás que sorpresa se llevan los que se creen que la riqueza la generan los empresarios, que las personas trabajadoras sólo viven de las pagas o que tan sólo somos segmentos de mercado para el aumento de los beneficios.
Sorprendámoslos.
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