El PSOE en Andalucía ha triunfado por hacer votar a gentes de izquierdas políticas de derechas. Eso sí, guardaban normalmente las formas «progres». Algún que otro decía que era republicano mientras flexionaba torso frente al rey; otros era agnósticos pero no hacían nada por evitar que la Iglesia Católica se apropie de lo suyo y de lo ajeno.
Puede que el PSOE de mi pueblo se haya adelantado a las líneas políticas a seguir por el partido en el futuro más próximo. Hoy, los «socialistas» de mi pueblo, olvidando a sus antecesores republicanos y las formas, han organizado una jura de bandera (española) con la inestimable ayuda del ejército del aire (los que tiran las bombas y se vuelven). Los que le han dado un besito, en su gran mayoría, votaban no hace mucho a un PP representado por un apoderado de nombre a olvidar.
El nuevo PSOE dejará de guardar incluso las formas, como el de mi pueblo. Lucharán de tú a tú con el PP por la gente conservadora que, por ahora, son mayoría de votantes. De nada sirve el pasado republicano, el pacifismo o los valores democráticos.
Dios (Hermandades, Rocío o lo que venga bien), Patria (banderas que representan el centralismo, la jerarquía, las armas) y Votos (lo único que les importa verdaderamente).
En Andalucía, las cosas como son, les da resultado.
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