«La psicóloga María Jesús Álava Reyes afirma en la Universidad de Navarra que la felicidad de los empleados es la mejor inversión para cualquier compañía». Así titulaba una noticia el Diario de Navarra.
Hay una parte del gremio de la psicología que ejerce de taller mecánico humano. Me explico. En todas las fábricas siempre ha habido un taller mecánico, encargado de tener la maquinaria en buen estado de uso. A día de hoy los departamentos de Recursos Humanos tienen por objetivo esta función, pero con las personas trabajadoras. Ahí se inserta este discurso: hay que tener a la mano de obra contenta; el mejor uso de los recursos (en este caso humanos) mejora los beneficios de las compañías.
No lo compro, precisamente porque no quiero que nadie me compre (como mano de obra).
La cuestión no es ser felizmente explotables, sino dejar de ser mercancía usada por otros y pasar a ser personas trabajadoras emancipadas.