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Economía moral

Edward Palmer Thompson

R.H. Tawney escribió: «La economía del municipio medieval era tal que el consumo ostentaba, en cierta medida, la misma primacía en la mentalidad pública, como árbitro indiscutido del esfuerzo económico, que el siglo XIX atribuía a los beneficios.» E.P. Thompson, nos dice en referencia a principios del XIX: «La ‘naturaleza de las cosas’ que en otros momentos había hecho imperativa, en épocas de escasez al menos, una solidaridad simbólica entre las autoridades y los pobres, dictaba ahora la solidaridad entre las autoridades y el ‘empleo de capital'».

Con el capitalismo liberal se pasó de la solidaridad con los pobres a la solidaridad con el “empleo de capital”. Ahí seguimos. El neoliberalismo no es más que la puesta a disposición del capital de toda «la solidaridad» del Estado. Carlos Sánchez Mato muestra por cuanto va el coste del rescate bancario: entre 2008 y 2019, casi 87.000 millones de euros. En democracia hay dinero para lo que diga la gente. En este sistema lo hay normalmente para lo que digan los «expertos» y ejecutores políticos y técnicos a sueldo del capital. De ahí la imposibilidad política, que no real, de la Renta Básica. Mientras la economía política del capital sea hegemónica, la «economía moral» que permitía el abastecimiento de las multitudes se someterá a los dictados de los beneficios.

Hoy se está fraguando la «deuda» que les proporcionará beneficios en los siguientes años, ya sea mediante intereses, ya sea mediante el chantaje previo, y privatización posterior, de actividades como la educación, la sanidad, los cuidados o las pensiones o cualquier otra que debería ser pública y universal. Están preparando el próximo saqueo, debemos estar preparados no solo para resistir, sino para contraatacar. La resistencia es un canción que nos dice que aguantemos donde estamos. Resisir no basta, nos deja en el mismo sitio.

Necesitamos una economía moral que deje de hacer la generación-civilización más inmoral de la historia.

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