La lectura de una presentación del libro «Globalizaciones: la nueva Edad Media y el retorno de las diferencias» de Joseba Gabilondo* me ha sugerido algunas cuestiones sobre nuestra bendita tierra.
La cuestión es que la instauración de la economía capitalista en Andalucía apenas sirvió para superar características o procesos eminentemente medievales. Por una parte, la polarización de clases sociales. La misma ha mantenido una oligarquía aristocrática que ha intentado subsumir al resto de la población en una no-clase, cuya condición ha sido la secular precariedad. Esta polarización social, a su vez, ha dado lugar a formas políticas de populismo. No miren a VOX, sólo, miren también al PSOE-A.
Por otra parte, indica Joseba Gabilondo que «se puede constatar hoy día una multiplicación irreducible de la diversidad social y cultural, desde el fundamentalismo religioso y étnico al tribalismo urbano y de Internet, que, a su vez, excede y deja ver los arcaicos y nuevos límites del capitalismo. Ello apunta a un paisaje post-multiculturalista de diversidad irreducible que hace imposible cualquier forma de política universalista (Alta Edad Media, V-X). De ahí que, en vez de ‘globalización’, en singular, o de ‘altermundismo”, demasiado simétrico a la globalización hegemónica a la que se contrapone, este ensayo caracterice nuestro presente como un momento medieval de globalizaciones múltiples que exceden el capitalismo y se contraponen a una nueva aristocracia incipiente desde su irreducible diferencialidad.»
Desde este análisis quizás sea posible ofrezcer una salida al pensamiento de la izquierda andaluza, que, como al resto, «la avocan, irónicamente, a una proclamación muy medieval de la universalidad insuperable y cuasi-religiosa del capitalismo.»
Es preciso que exploraremos «nuestro paisaje medieval donde la moral del amo vuelve a querer imponerse frente a un ‘vulgo’ diverso e irreducible que está abocado a una precariedad que se convierte en nueva forma de política y resistencia.»
Desde este nuevo horizonte neomedieval, del que parece que en Andalucía apenas nos hemos separado en décadas o siglos, debemos buscar salidas anticapitalistas al antropoceno, o era ecológica creada por la humanidad, la cual no parece tener salidas modernas tecnológicas o utópicas, solo medievales y apocalípticas: desastre, ruina, plaga, etc.
Manos a la obra. Algo bueno tenía que tener la continuidad de tanta injusticia: tenemos experiencias en luchas seculares contra la oligarquía y la opresión. También, como todo, tiene cosa malas: son demasiadas las personas que piensan que se consigue más junto al opresor que junto a las iguales oprimidas.
* Joseba Gabilondo (2019): «Globalizaciones: la nueva Edad Media y el retorno de las diferencias.» Madrid: Akal.